
«Aquí hay un mercado saturado y hay que buscar otros sitios»
02 ene 2012 . Actualizado a las 06:00 h.Desde su estudio en A Coruña, Jorge Barata Martínez (Ourense, 1973) diseña proyectos arquitectónicos para todo el mundo. «Tengo la suerte de estar trabajando, cosa que no tienen muchos compañeros», dice con modestia un profesional centrado ahora en la rehabilitación de un gran parque deportivo en Lisboa así como en varios proyectos en México y Perú.
-Usted trabaja mucho en el extranjero, pero los grandes proyectos gallegos, como las estaciones del AVE, se las llevan arquitecto foráneos, ¿por qué?
-En Galicia no hay estudios que cuenten con la estructura necesaria para asumir ese tipo de obras. La estación intermodal de A Coruña la ganó César Portela, pero sigue habiendo mucha tendencia a que los grandes nombres se lleven los proyectos importantes. Quizás haya un poco de complejo porque son proyectos tremendamente grandes y los requisitos a veces son, a nivel tecnológico, muy importantes. Echarle lo que hay que echarle para presentarse un arquitecto solo, probablemente solo César Portela podría hacerlo.
-¿Por qué los políticos tienen tanta querencia por los arquitectos mediáticos?
-Los políticos eligen arquitectos mediáticos por márketing. Parece que cada ciudad quiere tener su arquitecto estrella pero estoy seguro que las arquitecturas que hacen menos ruido son las más interesantes. Probablemente, los trabajos hechos desde la modestia y el trabajo silencioso pueden llegar más lejos. Un proyecto de moda va a estar de moda durante un tiempo determinado, pero un proyecto bien pensado, bien integrado, va a estar siempre de moda.
-En Ourense se dio por hecho desde el principio que la estación del AVE la haría Foster, ¿es importante el compadreo político para ganar concursos?
-Eso deja una imagen nefasta de cómo deberían funcionar este tipo de concursos. Recuerdo unas declaraciones del alcalde diciendo que cuando Norman Foster se presenta a un concurso lo más normal es que lo gane, pero todo eso debería desaparecer. No deberían hacerse declaraciones políticas sobre proyectos que implican un capital de esfuerzo muy importante.
-Entonces, ¿no son limpios ese tipo de procesos?
-Por supuesto que sí. He encontrado a muchos compañeros que llevaban mucho tiempo dedicándose a hacer viviendas y que me dicen que no encuentran trabajo. Yo les digo que se presenten a concursos y muchos creen que está todo dado, pero no es así. Hay que ser valiente.
-En la actual coyuntura sorprende el coste de las estaciones del AVE. ¿No hay crisis en la arquitectura?
-Muchísima. Hay que pensar que hay muy pocos proyectos como estos en todo el mundo, pero por regla general los proyectos arquitectónicos cada vez están peor pagados y no debería ser así. Los proyectos deberían estar pagados en función de su calidad. Se ha hecho mucho daño a los arquitectos pagando por encima de lo que era razonable y, además, para proyectos que nunca se han llegado a realizar, pero el arquitecto medio no está cobrando al nivel que hace cuatro años.
-En varias ciudades se reclamó el mantenimiento de las viejas estaciones, ¿está de acuerdo?
-En Santiago, por ejemplo, hay un cierto movimiento popular sobre la antigua estación, pero no es realmente un edificio histórico, no tiene valor patrimonial. En Ourense y en Coruña, probablemente, no sea así. En ese sentido las administraciones también tienen que ser valientes: Lo que no vale no hay que empeñarse en conservarlo y lo que sí, se puede reutilizar.
-¿Es necesario que los arquitectos gallegos salgan de su tierra para obtener trabajo y reconocimiento?
-Es una de las vías más utilizadas y yo creo que más factibles. Yo tengo el 60% de mi trabajo fuera de Galicia y el 30% fuera de España. Aquí hay un mercado saturado y hay que buscar otros sitios a donde ir.
jorge barata martínez arquitecto