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Los jóvenes de la ciudad se beben en cada botellón más de seis mil euros

PONTEVEDRA

Los excesos nocturnos sólo derivan en reprimendas familiares para el 8,3% de los participantes

30 oct 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

Comienza la juerga. Pack de botellón para cuatro: una de whisky, 10,65 euros; otra de vodka, 9,25 euros, dos cartones de vino, 1,2 euros; refrescos para mezclar, 3,3; una bolsa de hielo, 2 euros. Total, 26,4. Dividido entre los participantes toca a 6,6 euros. Sobran aún 4,2 por barba dentro del presupuesto por persona y sesión de botellón, según los datos que maneja el Plan Nacional sobre Drogas, que ha contabilizado cuánto se gastan los jóvenes en las reuniones nocturnas en torno al alcohol.

El estudio revela que el gasto medio por asistente al botellón es de 10,8 euros, cuando desde casa salen de media con 18,5. Funcionan los botes para hacer compra colectiva. Y en ellas participan los seiscientos jóvenes que cada fin de semana se reúnen en los botellones de la ciudad, que ahora el BNG quiere concentrar en el recinto ferial. Las cuentas del gasto total son más fáciles de hacer que lograr el consenso necesario para que la medida de alejar el botellón sea aceptada por los jóvenes. En cada sesión los participantes se beben entre todos casi seis mil quinientos euros.

Además de toneladas de basura, los jóvenes se dejan en el Campillo y la plaza da Pedreira -las dos ubicaciones de la ciudad elegidas por la mayoría para beber antes de pisar el primer local de la noche- más de la mitad de todo su presupuesto nocturno. Los datos se desprenden de un estudio comparado sobre el fenómeno realizado por el Plan Nacional sobre Drogas.

Después del desembolso para el botellón, quedan en el bolsillo de los juerguistas 7,7 euros. A los precios actuales de las discotecas y bares de la ciudad, el presupuesto apenas cubre, en los casos más económicos, dos copas.

Claro que, para cuando pisen el primer pub, los hígados de los jóvenes ya habrán tenido suficiente. Según explican fuentes del sector de la hostelería, una botella da para servir entre doce y catorce copas. El kit del botellón para cuatro incluye dos botellas, unas 24 copas. Seis por cada miembro de la pandilla. Y al consumo de alcohol en grandes cantidades se suma el de drogas.

La encuesta realizada a pie de plaza por técnicos municipales entre los jóvenes reveló que la mitad de los asistentes prueban, además de alcohol, otras sustancias. El 13,5% declara haber consumido cocaína, el 33,3% fuman porros y sólo el 35% ingieren únicamente alcohol.

Y los excesos derivan en no pocas ocasiones en problemas sanitarios. Es fácilmente constatable con un análisis de los datos que facilita el Instituto Nacional de Estadística recaba al respecto. Por los 51 ingresos hospitalarios por drogas de entre cien mil habitantes que se registran de media en España, la provincia de Pontevedra ofrece un dato que supera el doble de esa cifra: 116.

Pese a los problemas sanitarios que se derivan del botellón -uno de cada cuatro bebedores jóvenes corre el riesgo de convertirse en un adulto alcohólico-, las juergas nocturnas apenas tienen incidencia en la convivencia familiar. De las entrevistas realizadas desde el Plan Nacional sobre Drogas se dibuja un panorama familiar ajeno al problema del botellón. Sus excesos sólo tienen como consecuencia una reprimenda en el hogar al día siguiente para el 8,3% de los participantes. El 91,7% restante pasa tranquilamente la resaca. Fin de la juerga.