Hacerse con el centro que Ikea proyecta en el sur de Galicia puede suponer un importante revulsivo económico para el municipio que finalmente se lleve el gato al agua. La inversión prevista por la multinacional puede ascender a cien millones de euros y creará unos quinientos puestos de trabajo. Eso si, se precisan para ello unos terrenos de cien mil metros cuadrados, que Pontevedra no ha reservado.