Los conductores que salían ayer de Pontevedra por el puente de A Barca no daban crédito. La rotonda que se ha habilitado en la confluencia de Colón, Alfonso XIII y Echegaray no parece tener ningún sentido. De hecho, un tercio de su recorrido ni siquiera se utiliza.
No es que los técnicos se hayan vuelto locos. La aparente sinrazón tiene una explicación: la rotonda que ahora es absurda tendrá su razón de ser cuando el puente de A Barca tenga un sentido único de circulación, de entrada a la ciudad. Entonces, servirá para distribuir el tráfico hacia Colón y hacia Echegaray, que también cambiará el sentido, mientras que Alfonso XIII previsiblemente mantendrá su dirección actual para poder acceder hacia paseo de Colón.
Claro que todos estos cambios están supeditados a la construcción del puente de As Correntes. Una infraestructura a varios años vista, que ni siquiera está todavía proyectada y sobre la que el PP volvió a expresar sus dudas, aunque el gobierno local y la Xunta firmarán en breve un convenio para cofinanciarlo. Mientras esa obra llega, la rotonda seguirá siendo absurda. Con previsión de futuro, pero aparentemente inútil.