El Concello de Sanxenxo está realizando una tala de pinos en Punta Vicaño, algunos de ellos centenarios, en el marco de los trabajos para acometer un parque público. La compra de la zona verde de 22.000 metros cuadrados localizada entre las playas de Silgar y Baltar le supuso a las arcas municipales un desembolso de aproximadamente ocho millones de euros.
Los trabajos de acondicionamiento del pinar de Punta Vicaño los ejecuta desde hace unos días la firma Otero Forestal, empresa adjudicataria de la actuación por resolución de la alcaldía por un importe de 199.442 euros. Los pinos cortados fueron vendidos a madereros.
De acuerdo con fuentes municipales, la «tala selectiva» de árboles, incluyendo ejemplares «muertos o enfermos», así como la preparación de la masa arbórea a través de podas de saneamiento, está autorizada. Aunque el desmonte sería competencia de la Consellería de Medio Rural, al tratarse de una zona verde en suelo urbano ya no le corresponde al departamento autonómico que dirige Alfredo Suárez Canal dar autorización para la tala. Anoche no estaba claro si era la Consellería de Medio Ambiente el órgano competente que dio el visto bueno a la tala.
La intención del actual equipo de gobierno, así como del anterior liderado por Telmo Martín es la de intervenir lo menos posible en el bosque de pinos, cedros y carballos centenarios que conforman el emplazamiento de alto valor ecológico.
Además de la tala de las especies arbóreas específicas, también es necesario mantener una franja de limpieza de zonas verdes a raíz de las viviendas colindantes a Punta Vicaño como lo exige la normativa autonómica.
Aunque por motivos totalmente diferentes, la tala de pinos y otro árboles en Punta Vicaño llega meses después de que se arrasara con el alto de A Granxa, en Dorrón, para edificar cerca de un millar de chalés.
Punta Vicaño está calificada como una zona verde en el Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM) aprobado en febrero de 2003. El valor paisajístico del lugar no se quiso pasar por alto, y de ahí el acuerdo alcanzado por el Ayuntamiento y los propietarios para hacerse con la titularidad del emplazamiento. El Concello renunció a medio millar de viviendas en Monte Faro para poder adquirir Punta Vicaño.
Por otro lado, el proyecto para la zona contempla la dotación de luminarias para los senderos que se construirán en el marco de la ejecución del parque público, y se prevé para ello la colocación de listones de madera y jabre acordes con el entorno natural. Antes de iniciarse la tala y una vez presentado el proyecto para Punta Vicaño, la alcaldesa, Catalina González, tildó la intervención de «no agresiva». Críticos de la tala del pinar no piensan lo mismo.