El sector crítico de los bomberos y la alcaldía volvieron ayer a echar un pulso y a hacer una demostración de fuerza. Tras su segundo paro en menos de una semana en el parque municipal, que el Concello volvió a negar bajo la tesis de que ninguno de los trabajadores convocados para la guardia lo secundó, el grupo de funcionarios del servicio contraincendios se desplazó hasta la Casa Consistorial.
Allí trataron de entregarle al alcalde un escrito en el que solicitaban una reunión urgente, al tiempo que le exponen sus reivindicaciones -incremento de plantilla, dotación de vehículos adecuados para intervenciones en el casco histórico y en espacios forestales, la construcción de una torre de maniobras, adquisición de material para intervenciones acuáticas...-. No fue posible, aunque lograr subir hasta la primera planta fueron frenados en las proximidades del despacho del regidor.
Fue entonces cuando la Policía Local tomó posiciones. Agentes municipales impidieron, a partir de ese instante, el acceso a los bomberos al Ayuntamiento. Y estos últimos optaron por esperar a que Miguel Anxo Fernández Lores saliese del Concello de Pontevedra para realizar una segunda intentona.
Fue entonces cuando los agentes municipales formaron un cinturón de seguridad al paso del regidor nacionalista impidiendo que los bomberos del sector críticos lograsen su objetivo. Eso sí, notar se dejaron notar con sus pitidos y pancartas que, entre otras cosas, tachaban de mentiroso a Guillerme Vázquez. Los miembros del servicio contraincendios acompañaron al alcalde hasta que este se introdujo en el aparcamiento de la Alameda.
Horas antes, el portavoz del colectivo, Vicente Ferrería, no solo dirigió sus dardos hacia Lores, sino que también señaló al edil de Seguridade. «Guillerme Vázquez lo que parece que está intentando es incitar a que no se cumplan los servicios esenciales», así como mantuvo que muchas de sus criticas solo «se pueden enmarcar en un momento de enajenación mental».