Representantes vecinales dicen a Fomento que el proyecto de circunvalación es «aniquilador» para Xeve y Bora
PONTEVEDRA
Representantes vecinales de cinco parroquias (Xeve, Bora, Salcedo-nudo de O Pino, Tomeza, Alba y Campañó) hicieron llegar ayer en Vigo a la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, un escrito en el que cuestionan de nuevo el proyecto de circunvalación de Pontevedra, integrado en la A-57, y dicen que es «aniquilador» de la vida rural en las parroquias. «Este proyecto -sostienen en el citado escrito- no es la circunvalación de Pontevedra, sino una autovía que pretende ir desde O Porriño hasta a Vilagarcía conectando áreas industriales y puertos».
Los vecinos piden que se revise el proyecto porque no es eficiente como circunvalación de la ciudad tal como indican «los estudios de movilidad realizados por el Ayuntamiento de Pontevedra y el propio Ministerio de Fomento». También apuntan que no da servicio a todos los municipios limítrofes como pueden ser los casos de Cotobade, Campo Lameiro y Moraña.
El escrito describe la función que cumplen las parroquias en Galicia y dice que el proyecto de circunvalación es «aniquilador» de Bora y San Andrés de Xeve. También asegura que contradice la propia memoria del documento donde se afirma textualmente que todos los núcleos «quedan dentro» del cinturón. «En el último estudio expuesto a información pública -denuncian los vecinos- es justamente lo contrario: divide las parroquias y destruye los núcleos rurales».
En el documento que ayer hicieron llegar a Fomento recuerda que el 35% de los vecinos de Pontevedra están en el medio rural y que en el 2005 presentaron «máis de 21.200 alegaciones» al proyecto de circunvalación. También dicen que que no se oponen al progreso, pero piden que se pongan todos los medios para respetar el medio natural y citan el LIC del Lérez, las marismas de Alba, la flora y la fauna autóctonas. Además, reclaman respeto para el patrimonio cultural formado por cruceiros, petos de ánimas, hórreos, pasos, vías, puentes romanos, castros celtas y petroglifos.
Los vecinos, que aseguran que no son de los que dicen no a todo, piden finalmente que se evite «repetir errores» y que no ocurra como hace 25 años con la AP-9. «De haberse planificado y gestionado adecuadamente -advierten- ahora no sería necesario crear otra vía de características similares para cumplir la misma función».