Las taquillas de la Cultural Leonesa en la fase de ascenso serán embargadas por el ex técnico granate Milo Abelleira
PONTEVEDRA
La Cultural Leonesa todavía no ha hecho frente a la deuda que tiene contraída con el pontevedrés Milo Abelleira de su etapa como entrenador al frente del club leonés, por lo que el Juzgado de lo Social número 2 de León ha embargado las taquillas de la fase de ascenso a Segunda División.
El importe de la deuda con el que fuera jugador y entrenador del Pontevedra, entre otros equipos, se eleva a 145.400 euros, 98.000 por salarios pendientes y 47.400 por despido improcedente por dos temporadas en las que tenía contrato.
Abelleira lleva dos años esperando que el club haga frente a la deuda que tiene reconocida. Por tanto, la entidad leonesa que ha accedido a la fase de ascenso en el grupo del Pontevedra, no podrá echar mano de las taquillas al estar embargadas.
El técnico pontevedrés, que está indignado del comportamiento que ha tenido el presidente de la Federación de Castilla y León, Marcelino Maté. «Se fue con el secretario de la Federación, cogieron las fichas en Madrid y las llevaron para León sin permiso del Comité de Entrenadores».
Incluso llegó a advertir de la irregularidad al responsable del comité de entrenadores, quien «me respondió que yo soy un empleado y me viene el secretario dela Federación con otro presidente de Castilla y León y yo que voy a hacer».
Sin embargo, los citados documentos no son legítimos. Se puede comprobar en la página web de la Federación Española de Fútbol, en la que aparecen todos los entrenadores, salvo el de la Cultural, que está vacío, no tiene entrenador».
La situación es tan ilegal que Álvaro Cervera, actual entrenador del conjunto leonés, reconoció en la prensa local que su ficha no estaba legitimada para dirigir al equipo y sin embargo sigue haciéndolo, según matiza indignado el preparador pontevedrés.
Milo considera grave el tema al entender que la Cultural «está adulterando toda la competición». El técnico gallego llegó a advertir al Pontevedra de la situación irregular de su rival en el encuentro disputado en Pasarón el pasado 5 de abril. «Se lo dije porque a lo mejor le valía como moneda de cambio a ellos, pero no me hicieron ni caso, y como el mundo tiene miedo, no me hicieron ni caso».