Diez edificios de Pontevedra, Marín y Arousa fueron seleccionados en la última década por la delegación del COAG por su singularidad constructiva
01 oct 2009 . Actualizado a las 02:00 h.Cada año, la delegación pontevedresa del Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia elige, dentro de su ámbito competencial, un edificio relevante para conmemorar el primer lunes de octubre el Día Mundial de la Arquitectura.
Siete son los edificios representativos de la ciudad de Pontevedra seleccionados en la última década por el colectivo de profesionales: El edificio de viviendas de la confluencia de las calles Pastor Díaz y Riestra, que lleva la firma del arquitecto Alejandro de la Sota; la Casa del Concello, de Alejandro y Domingo Rodríguez Sesmeros; la ampliación del edificio Fernández López del Museo, proyectada por Celestino García Brañas; el bloque de viviendas de la calle José Millán-San Antoniño, diseñado por José Antonio Corrales y Joaquín Basilio Bas; Villa Pilar, obra de Antonio Crespo; el centro deportivo de O Pontillón de Castro, de José Ramón Garitonaindía, y el conjunto de arquitectónico de la Misión Biológica de Galicia, ubicada en la parroquia de Salcedo y remozada hace cuatro años por Mauro Lomba.
A esta lista hay que añadir el conjunto de edificios de la Escuela Naval de Marín, ideado por Antonio Cominges Tapias, la Casa Consistorial de A Illa de Arousa, de Manuel Gallego Jorreto, y ahora el centro de Tecnificación y Escuela Municipal de Vela de Vilagarcía, de Alfonso Penela Fernández, obra que acaba de ser elegida como enseña del Día Mundial de la Arquitectura 2009 por la delegación del COAG.
Es una manera de fomentar la cultura arquitectónica y el compromiso de los profesionales con el urbanismo de calidad, y también una forma de sensibilizar a las instituciones y al sector inmobiliario en general sobre la necesidad de proteger un patrimonio edificatorio singular y de especial interés.
Aunque en este momento no corren peligro de derribo, algunos de los edificios pontevedreses singulares de la segunda mitad del siglo XX, destacados por el COAG, estarían llamados a engrosar el catálogo de elementos arquitectónicos a conservar en el marco del nuevo PXOM o, al menos, deberían ser incluidos en un inventario que reconozca sus valores para evitar que en el futuro se repita el bum constructivo que en las últimas décadas condenó a la piqueta inmuebles irrepetibles.
El edificio de viviendas que lleva la firma del prestigioso arquitecto Alejandro de la Sota, en la confluencia de la calle que lleva su nombre con Pastor Díaz y Riestra, sería un firme candidato a esa catalogación. El Colegio de Arquitectos eligió esta construcción para celebrar el Mundial de la Arquitectura en el año 2000, destacando que este inmueble posee unas características que lo hacen «único», al aunar todos los elementos de la arquitectura moderna, tanto en los materiales como en su concepción especial.
Otro edificio de la arquitectura moderna que debería protegerse es el edificio de San Antoniño (José Millán número 9), obra del arquitecto Joaquín Basilio Bas, también homenajeado por el Colegio de Arquitectos en el año 2007. Se trata de un inmueble de los años sesenta con un jardín interior y con soluciones constructivas que aún hoy resultan avanzadas.
Pero en Pontevedra hay otros exponentes edificatorios, en este caso de la arquitectura industrial, como las naves de la antigua fábrica de la Cros, en Alba, que debería estar en el objetivo de los proteccionistas.