Hasta ocho testigos declararon ayer en la vista. Los propuestos por el ministerio fiscal fueron Mercedes Calvo, secretaria del Ayuntamiento de Portas; Manuel Mandayo, trabajador de Comercial Vázquez Vázquez y Chandouteiro; Mercedes Aspinche, directora de la escuela taller; Antonio Vázquez, propietario de la empresa Transportes Antonio; y David Neira, socio de Excavaciones Luneira.
El abogado de la acusación particular, que ejerce el concejal socialista Santiago Carballo en representación de la oposición, renunció a tres de los cinco testigos propuestos y solo comparecieron en la sala José Serantes, vecino de Portas; y José Manuel Abalo, ex concejal del BNG de Portas y edil durante los hechos juzgados. Por su parte, la defensa declinó interrogar a sus dos testigos y solo declaró Inés Otero, trabajadora de la empresa Transportes Antonio, a petición del fiscal.
Obras menores
La secretaria municipal, que lleva en el cargo desde 1981, retiró por activa y por pasiva que Portas es un concello muy pequeño que apenas cuenta con medios humanos y materiales. Para poder funcionar de las obras menores y urgentes se encargan los propios trabajadores, llegó a decir. Su visión nada tiene que ver con la que expuso el ex concejal José Manuel Abalo. Este afirmó que era «público e notorio que as empresas do alcalde facían obras para o Concello». Él y otros concejales llegaron a advertir a la directora de la escuela taller de las irregularidades en la contratación. También dejó claro cuál era el papel del regidor: «Todo o que coñeza un pouco o Concello de Portas sabe que alí só manda o alcalde e só co seu coñecemento se fai algo».