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¿Por qué lo llaman caballería cuando quieren decir blindados?

PONTEVEDRA

La Brilat cuenta desde el pasado mes ?de enero con un grupo motomecanizado

11 abr 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Desde principios del presente año, la Brigada de Infantería Ligera de Pontevedra cuenta con su primer Grupo de Reconocimiento de Caballería Santiago VII. Esta nueva unidad dotará de una capacidad de potencia mayor a la Brilat a nivel de artillería. No en vano, los Centauro disponen de un cañón de 105 milímetros para disparar los cuarenta proyectiles de que dispone.

Las modernas unidades de caballería no se parecen en nada a las que existían no hace muchas décadas. No hay que olvidar que se considera que la última carga a caballo protagonizada por alguna unidad del Ejército Español tuvo lugar durante la Guerra Civil en febrero de 1938.

Sin embargo, aún tendrían que pasar algunos años antes de que se sustituyesen las monturas de cuatro patas por vehículos blindados. De hecho, los expertos señalan que, tras la contienda armada en España, la práctica totalidad de unidades de caballería seguían teniendo al caballo como principal valedor.

Solo las tropas de Dragones disponían de medios mecanizados, unos medios en los que se conjugaban vestigios del pasado como T-26 con maquinarias más potentes, como los Pánzer I, y vehículos de transportes carentes del más mínimo blindaje.

En este punto, la mayor parte de historiadores coincide al situar en 1953 como el año en que la tracción animal dejó definitivamente paso a la motora. Gracias a una serie de acuerdos con los Estados Unidos se pudo dotar de vehículos, eso sí, no muy operativos, a todas las agrupaciones de caballería.

De aquella primera época, destaca el carro ligero M-24 Chafee, mientras que pocos años después comenzaron a desplegarse por los acuartelamientos españoles unos pocos Pánzer IV, cuyo estado de conservación, al parecer, no era ni mucho menos el más adecuado.

Si por algo destaca la década de los sesenta fue por el hecho de que la caballería fue quedando relegada a un segundo plano dentro del Ejército español. En ocasiones, al parecer, incluso, se llegan a dotar a las guarniciones con material de desguace procedentes de otros ejércitos europeos.

Todo cambia a medida que España se adentra en los setenta e irá mejorando sustancialmente en los años ochenta y noventa.

Última gran revolución

La última gran revolución en el seno de la caballería tuvo lugar con el cambio de siglo. Fue entonces cuando entraron en funcionamiento los Centauro y se cambió, en cierto modo, el espíritu de estas unidades: se pasa de un desplazamiento por medio de cadenas a uno en el que se emplean ruedas. Con esto se logra, ya no solo reducir costes de mantenimiento o de gasto de combustible, sino también una mayor movilidad estratégica, mientras se mantiene la potencia de fuego.

Las previsiones que maneja Defensa es que el Grupo de Reconocimiento de Caballería Santiago VII esté conformado por cerca de doscientos militares. Los soldados dispondrán de cerca de una docena de Centauros, así como con un numero similar de Vehículos blindados de Exploración de Caballería (VEC) y distintos vehículos ya presentes en el seno de la Brilat.

El Centauro es un blindado de diseño italiano que se desplaza sobre ocho ruedas. Resalta por su capacidad para el reconocimiento táctico en escenarios en conflicto, pero también por estar considerado como un cazacarros.

En el caso de las misiones en las que intervenga la Brilat y se opte por utilizar este armamento, los Centauro tendrán como principal cometido el de proteger y dar cobertura a otras unidades más ligeras.

En cuanto a los VEC, son muchos lo que los consideran como un derivado de los BMR especialmente diseñado para dar cobertura a unidades de caballería. Desarrollado por la empresa española Enasa-Pegaso, ya demostró su versatilidad desplegándose en los Balcanes a mediados de la década de los noventa como uno de los escudos para las tropas de infantería. Dispone de fuego de artillería a través de un cañón de 25 milímetros y, si el Centauro posee dos ametralladoras como armamento secundario, el VEC tiene una.

Se trata, en todo caso, de un vehículo que tiene los días contados. No en vano, está previsto que en el futuro sean sustituidos por los Vehículos Blindados de Ruedas (VBR) 8x8, un concepto que también enterrará a algunos modelos de BMR que utiliza el Ejército.

¿Y los caballos?

¿Significa todo esto que el caballo ha pasado a mejor vida dentro del Ejército español? Ni mucho menos.

El Ministerio de Defensa dispone de cinco centros de cría caballar -Cantabria, Cádiz, Sevilla, Ávila y Zaragoza-, así como de una escuela militar ecuestre ubicada en las instalaciones del Centro Militar de Cría Caballar de Zaragoza, que muchos definen como una de las mejores de doma.

Asimismo, son varias las yeguadas de que se dispone si bien el objetivo ha cambiado completamente. Su cometido ya no es proveer de equinos a las tropas que vayan a combatir, sino que se busca proteger las razas existentes y las que puedan aparecer en un futuro.

De hecho, tal y como reflejaba el Diario de Jerez, estas yeguadas han «contribuido de forma importante a la recuperación y mejora del caballo de pura raza española, en peligro de desaparecer en un momento histórico concreto, al fomento de la cría del pura sangre inglés, del angloárabe, del hispanoárabe, de distintos caballos de tiro, a la protección de las diferentes razas asnales, así como a la creación de una de las mejores líneas de caballos de pura Raza Árabe del mundo, el pure spanish».