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«Heredé la forma de ser de la ciudad»

María Conde PONTEVEDRA/LA VOZ.

PONTEVEDRA

A través de su blog Don Filiberto este pontevedrés resume en pequeñas píldoras la actualidad, no exenta de crítica, así como la historia y tradiciones de la capital

09 oct 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Tiene la historia de Pontevedra tan presente como su actualidad. Y hace exactamente un año que decidió compartir sus conocimientos e inquietudes sobre la ciudad del Lérez con los internautas. Puede decirse que su blog Don Filiberto es ya una referencia cuando se trata de documentar el día a día de la capital provincial o explicar «su catálogo de tradiciones» que, según dice, «desborda las de cualquier otra ciudad». «El blog surgió precisamente por el ansia de divulgación, a veces de crítica, no lo vamos a negar, y el nombre me pareció muy pontevedrés», explica.

Don Filiberto, el real, fue gobernador civil de la ciudad en la época de Alejandro Sesmeros y a él se atribuye por ejemplo el empuje para evitar el derribo de la iglesia de Santo Domingo a finales del siglo XIX. El Don Filiberto virtual no solo se vio atraído por el personaje, sino también por las características de la calle que recibió su nombre, ubicada entre el Principal y la Casa das Campás. «Por un lado -apunta- es el solar donde estuvo San Bartolomé el Vello, donde están ahora el Casino y el Teatro, y por otro, el edificio civil más antiguo, el del Pitillo, así como la rectoría de San Bartolomé. Y hoy está en ella la vicerrectoría de la Universidad. Y aún siendo una calle céntrica, me da la impresión de que no vive ningún vecino». Precisamente, el día de San Bartolomé, el 23 de agosto, fue también el que hizo la primera entrada de su bitácora.

Desde entonces, ha conseguido muchos seguidores fieles, «que incluso dan ideas, o valoran aspectos en los que yo no había reparado». Cree que los políticos locales también reparan de vez en cuando en sus críticas o advertencias, aunque estos no se han animado a escribirle. «Por ejemplo, el tema de la inscripción de la circunvalación del que se habla ahora yo lo traté hace casi un año», comenta. «Y creo que fui el primero que habló del posible traslado de la UNED a Vigo. Al día siguiente se lió la que se lió». En todo caso, asegura que está preparado «para palos y palmadas». «Lo que me gusta es la cotidianeidad -matiza-, que haya un tema y exprimirlo al máximo, por eso no soy capaz de escribir un libro, me gusta estar al día».

La lectura diaria de los periódicos es la principal fuente de inspiración de Feijoo, que ha ganado en más de una ocasión el premio de investigación Ferro Couselo de Valga. El trabajo con prensa antigua, especialmente en la biblioteca del Museo y en las bibliotecas que heredó de sus abuelos, que guarda como oro en paño, le ha servido para llenar libretas con datos y guardárselos para la ocasión adecuada.

«Tenía un ordenador pero se me borró la memoria dos veces así que volví al sistema manual -dice-. Todo lo tengo en las libretas, y tardaré más o menos en encontrarlo, pero está ahí». Curioso para un usuario enganchado a la «patología moderna» de las nuevas tecnologías, aunque no tanto a las redes sociales. Rechaza Facebook o Twitter, «porque pierdes la intimidad», pero sí está al tanto de los otros blogs que hablan de la ciudad, «aunque de Pontevedra, en realidad, no se escribe mucho».

Legado familiar

En su pasión por ese catálogo de tradiciones tiene mucho que ver la influencia familiar. «Tengo el problema-que no es problema sino mi forma de ser- de que conocí a mis abuelos», sentencia. Uno de ellos, Fernando Lamas, fue fundador de Amigos de Pontevedra y también uno de los responsables de la reorganización en su época de la Banda de Música de Pontevedra y del carrillón de la Peregrina. El otro, Leoncio Feijoo, primo de Perfecto Feijoo, fundó en los años 20 la Sociedad de Cazadores de Pontevedra, en los 30 el Club Marítimo, estuvo vinculado a la Cofradía Veracruz y a la Sociedad de Pesca Deportiva y en Nueva Peña, que reorganizó el carnaval pontevedrés en los 40. Fernando era de Santa María y Leoncio de San Bartolomé, «y heredé la forma de ser de la ciudad». «Ves cosas de pequeño que te quedan y al final de viejo revientas...», ríe. «Una de las señas de identidad de Pontevedra es esa lista de tradiciones. Es el ciclo anual entero. Empiezas con el carnaval, una Semana Santa interesante, el Corpus, los maios, las fiestas de la Peregrina, es una cosa fuera de serie. En otras ciudades destaca una cosa o dos, pero aquí puedes destacar todo».

Con la misma intensidad, cuestiona lo que le disgusta. Es especialmente crítico con «la falta de criterio técnico» de algunas actuaciones municipales. «En otros países hay cosas que no se plantearían; por ejemplo la política de museos -comenta este bloguero-. Antes de lanzarse a hacer cualquier mamotreto hay que sentarse y ver las prioridades. En los museos necesitas luego personal y mantenimiento. Y luego resulta que aquí el museo más visitado son las Ruinas de Santo Domingo».

También el «cerramiento» de calles le parece excesivo. «Creo que se puede ser más flexible. Echo de menos cuando los autobuses paraban delante del Ayuntamiento o detrás de la Peregrina, creo que eso le daba vida a la ciudad. No digo que pasen los camiones, pero se pueden hacer las cosas de otra manera». Tres son los proyectos que más castiga con el teclado. De un lado, la reforma del Campillo de Santa María, «que era una Alameda popular y ahora no se sabe lo que quieren hacer». De otro, el futuro puente de Monte Porreiro y en tercer lugar la reforma para el Museo da Historia en García Escudero, al que implícitamente se refería antes. «La originalidad de ese sitio es que era un nudo de comunicaciones milenario y resulta que ahora acabaron cercándolo. Antes también era un patrimonio vivo, donde se distribuían los tráficos marítimos y terrestres».