La preocupación por el patrimonio es también una cuestión profesional. Es gestor de patrimonio cultural, una figura cuya labor es la de asesoría técnica a la hora de poner en valor un elemento. «Lo que pretende es poner en valor lo que existe y que sea rentable; hay que saber de turismo y conservación. Es una figura que no había, pero realmente es lo que se hace en Italia, Francia y otros países». Dice que en Pontevedra no trabaja. «Pero por ejemplo, en el caso de los cipreses del Principal, si hubieran tenido un informe sobre la historia del lugar, no acabarían las cosas como acabaron».