El Ayuntamiento cobra una tasa de 77,64 euros y cede para la ceremonia un salón de Mugartegui

La Voz

PONTEVEDRA CIUDAD

14 nov 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Casarse en el Concello de Pontevedra requiere del abono de una tasa municipal de 77,64 euros. En cuanto se formaliza y se presentan los papeles en el registro municipal, se pone en marcha la maquinaria del área de Protocolo, que trabaja en colaboración con los novios para procurar que todo salga a la perfección en el que se supone que es uno de los días más importantes de sus vidas.

La documentación hay que presentarla como mínimo diez días antes de la fecha prevista para la boda, y los novios tienen la posibilidad de elegir la fecha y la hora en que desean casarse, e incluso qué miembro de la corporación oficiará la ceremonia. Mayoritariamente es el alcalde, pero hay ocasiones en que por razones de amistad, simpatía o incluso de afinidad política, la responsabilidad recae en otro de los concejales.

El Concello -que «casa» todos los días excepto domingos y festivos- pone a disposición de los contrayentes uno de los salones del Pazo de Mugartegui. Hasta que comenzaron las obras de la plaza de España, a principios del 2008, las bodas se celebraban en la Casa Consistorial, en el salón de plenos. Desde entonces, las ceremonias se trasladaron al citado Pazo, y es poco probable que vayan a regresar a corto plazo al Concello, ya que el edificio va a ser sometido a una profunda reforma en cuanto se complete el traslado de todos los servicios a Michelena.

Claro que hay parejas que renuncian a casarse en Mugartegui y optan por ceremonias más sencillas que, actualmente, se celebran en la sala de comisiones del Concello o incluso en el despacho del propio alcalde. En principio, el traslado a Michelena mantendrá abierta esta opción para aquellas bodas a las que apenas asisten los contrayentes y los dos testigos que marca la legislación.

Dos vehículos

Para los que se casan en el Pazo de Mugartegui, el Concello facilita el acceso a la plaza de A Pedreira de dos vehículos, que pueden estacionar delante del histórico edificio. Para ello, eso sí, hay que informar al menos una semana antes del enlace a la Policía Local y facilitarle la matrícula de ambos coches.

Desde el servicio de Protocolo también se requiere de los contrayentes un número aproximado de asistentes a la ceremonia, para adecuar el espacio disponible en el «salón rojo» del pazo de Mugartegui; se dan facilidades para contar con un grupo que interprete música en directo o se facilita un dispositivo electrónico; y, aunque se colocan unos centros de flores para adornar la sala, se deja en manos de los protagonistas la posibilidad de ampliar esa ornamentación o de cambiarla. Eso sí, se exige que los adornos se coloquen treinta minutos antes de la ceremonia y se retiren nada más finalizar el acto.

Un acto que es muy breve, quince o veinte minutos. Y es que consiste en la lectura de los artículos del Código Civil que regulan el matrimonio, y poco más. La fiesta llega después.