Recién llegado del Líbano, el brigada Juan Ignacio Moura Barreiro (Zas, 1966) ha podido disfrutar ya no solo de la compañía de su familia, sino también del premio literario Roger de Llúria que recogió en su nombre su mujer. Reconoce que optó por participar en este certamen literario con No podía dejaros solo, señor tras recibir, «a través del correo interno, la convocatoria del premio. Como solía escribir sobre temas variados, me dije ''por qué no'' y lo intenté. Y salió bien».
-¿Cómo fueron sus inicios?
-Empecé a escribir en la Universidad. Estaba haciendo un curso de portugués en la Universidad de Zaragoza y como parte de la asignatura tenía que hacer redacciones, composiciones... En vez de hacer las típicas, le eché un poco de valor, me arriesgué un poquito más y empezó a salir reflejado lo que yo quería. A partir de ahí fui haciendo las composiciones más largas, más complicadas.
-Creo que va a todos lados con una PDA o una libreta.
-Sí, normalmente una PDA. En el trabajo, suelo llevar una libreta física y en la vida diaria, una PDA. Es para tomar notas, cositas que se te van ocurriendo... Para no olvidarme, que la memoria, cuando te haces mayor, es traicionera.
-La primera vez que publicó algo fue en La Voz de Galicia, en los relatos de verano.
-Fue este verano. Me gustó que saliera publicado.
-¿Llegará el día en la que esta afición pase a ser su profesión?
-No. Mi profesión la tengo clara y no creo que la cambie. Me gusta lo que hago. Creo que es una buena forma de pasar los ratos libres. Además, tengo otras muchas aficiones. Me gusta navegar, soy boxeador profesional, me gusta la vela, pero lejos del mar, lo que más me gusta es escribir.
-¿Y si le pregunto por sus proyectos más inmediatos?
-Durante el tiempo que he estado en el Líbano, he aprovechado los ratos libres que teníamos, que no eran muchos, para seguir escribiendo. Tengo un proyecto de novela. Ya me salen unas cien páginas o por ahí y creo que puede ser interesante. Es en contra de la lapidación y hago que la protagonista viaje y refleje lo que he visto allí. Compartimos escenarios.
-¿Creo que también tiene un encargo de la propia brigada?
-Sí, pero al final han podido más las imágenes y mi texto quedó relegado. Escrito está. Mi familia lo ha leído. Queda para ellos.