El CEIP Campolongo pide que el Crespo Rivas no rompa su plan educativo
PONTEVEDRA
El director del colegio de Campolongo, José Carlos Otero, rompe su silencio para advertir de que la Escuela de Educación Infantil Crespo Rivas no puede interferir «en su proyecto educativo». La intención de los padres de este centro de solicitar la adscripción inmediata a Campolongo a costa de la supresión de una línea de infantil para que se pueda dar cobertura a la actual demanda de plazas, obligó a Otero a asegurar en su nombre y en el de la comunidad educativa, que la desaparición de las 25 plazas de educación infantil de Camplongo no solo conllevaría un cambio en la categoría del centro, sino que además «la actividad docente está diseñada para complementarse entre Infantil y Primaria».
Los padres del Crespo Rivas piden que la adscripción a Camplongo no suponga el cierre de ninguna línea de sus centros, aunque será la próxima semana, cuando la Consellería de Educación tome una decisión. Pese a ello, los miembros del Anpa aseguran que si se hiciese de «forma lógica» no se debería eliminar de este centro, donde hay 75 plazas por curso y sí suprimir las únicas 25 de Camplongo.
José Carlos Otero indica que la alta demanda de la zona no es justificable porque con el padrón en la mano «solo se prevén 53 nuevos ingresos el curso que viene». Los padres del Crespo Rivas aseguran que esta dualidad provoca una doble baremación, al haber dos centros con pocas plazas que podrían llenarse y dejar fuera a los alumnos de tres años de la zona de influencia.
Desde el colegio de Campolongo destacan que el proyecto educativo de ciclo completo -desde los tres años hasta que acaban la Primaria- les ha valido la calificación de notable alto en su docencia, según un estudio de la Universidad de Santiago. Otero resalta que «nunca debe ponerse en duda la calidad educativa de cada centro porque estamos ante una ciencia subjetiva, cualitativa e interpretativa, lo que da identidad propia a cada proyecto».