El Teucro entra en la recta final de la temporada con serias opciones para alcanzar la segunda plaza. La plantilla regresa hoy a los entrenamientos después de una semana de descanso con la mirada puesta en el choque que les enfrentará el sábado en la ciudad al Anaitasuna.
En la actualidad, el Teucro es tercero y está empatado a puntos con el Huesca a falta de solo tres jornadas para la conclusión del campeonato.
Luchará hasta final de temporada por acabar segundo, puesto que permitirá a su inquilino organizar el play off de ascenso a la liga Asobal. Para el Teucro, organizar la fase de ascenso conllevaría una ventaja doble. Por un lado, el club pelearía con sus rivales con el factor cancha a favor, y por otro, las opciones de salir victorioso aumentarían porque los teucristas, como locales, todavía no han perdido partido.
La fortaleza del Teucro en casa explica la magnifica campaña que está realizando el equipo de Modesto Augusto, ya que dejo escapar del Pabellón Municipal de Pontevedra muy pocos puntos. La primera piedra que se encontrará en el camino hacia la Asobal es el Anaitasuna. Los navarros son cuartos con solo tres puntos menos que los teucristas. «Vamos a jugar contra dos equipos», precisó Modesto Augusto. «El Anaitasuna no solo tiene a dos jugadores por puesto, sino que además son versátiles».
Rival de calidad
El entrenador también destacó «la fortaleza defensiva» de un Anaitasuna «que intimida con ello al rival». Sin embargo, Modesto Augusto insistió en que se luchará por la segunda plaza, pero será una batalla que se librará desde la cautela. «Plantearse retos mayores no está mal, pero no podemos dejar que eso nos haga perder las perspectivas», subrayó.
Por ese motivo, el míster blanquiazul recordó que el Anaitasuna «es un enemigo de calidad y eso dará más mérito a nuestra plantilla». Modesto Augusto reconoció que el plantel navarro «nos puede ganar», pero que lo importante es determinar hoy cómo está el Teucro.
De hecho, el entrenador confía en que sus pupilos regresen hoy al entrenamiento «con frescura» como consecuencia de los días concedidos de vacaciones. «Espero que se olvidaran de la rutina de los partidos, de los entrenamientos y de la competición», sostuvo. «La cuestión era que los jugadores disfrutaran con sus familias, y liberar sus mentes de la obsesión diaria de los entrenamientos».
Ahora empieza la hora de la verdad, peor el Teucro ya ha superado expectativas.