Previsiblemente el trazado por el municipio de Santiago cruzará la autovía de Lavacolla en un punto entre la rotonda de San Marcos y el aeropuerto próximo a las instalaciones aeroportuarias de Lavacolla. Discurrirá más allá de la autopista AP-9, que tendrá que cruzar, y también pasará por un punto de la N-525 (carretera de Ourense) entre O Eixo y A Susana. El vial conectará con la autovía de Lavacolla, la autopista de Ourense, la autovía de A Estrada y la N-550.
A sabiendas de que es una «solución de futuro e non de presente», el alcalde Xosé Sánchez Bugallo la ve «moi necesaria» por cuanto los actuales cauces de tráfico, aunque se amplíe a tres carriles el periférico en cada dirección, contienen un margen limitado de circulación. «É moi necesario un novo periférico máis aló desa trama urbana», subraya.
La autopista de Santiago está ejerciendo en la práctica la función de circunvalación de la ciudad, con un caudal de vehículos que en horas puntas congestiona el vial. La previsión del tercer carril, que se mantiene a pesar de los obstáculos (las negociaciones con la concesionaria de la AP-9 siguen en marcha), es teóricamente una previsión más cercana que la de la autovía Sigüeiro-A Picaraña.
Esta discurrirá probablemente por Aríns y Marrozos y se adentra en Teo en su itinerario hacia el municipio padronés hasta desembocar en el citado punto de destino.