Bugallo exige una depuradora más avanzada para paliar sus efectos en la zona

La Voz

SANTIAGO

12 sep 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

El alcalde sostiene que la ciudad no puede renunciar a la nueva depuradora y que sería muy «complexo» plantearse una ubicación alternativa a la elegida ya por el Ministerio de Medio Ambiente, pero indica que existen medidas para limitar cualquier molestia que el nuevo equipamiento pueda producir en la zona, donde los vecinos están manifestando su malestar por la proximidad de la futura estación a sus viviendas. Xosé Sánchez Bugallo refería ayer que tras la conversación informal que ha mantenido con la asociación de vecinos de Laraño tendrá otra oficial la próxima semana, a la que se sumarán residentes afectados, para exponerles cuáles son esas medidas y las posibilidades de lograr un cambio en el proyecto ministerial que disipe las dudas y la preocupación vecinal.

Según el alcalde, la solución está en la implantación de la depuradora con la tecnología más avanzada, una opción que no solo permitirá que las instalaciones sean cubiertas, con la reducción de los impactos más molestos, sino que incluso ocupará menos espacio. Pero con la superficie que el ministerio precisa para el proyecto que está en exposición pública, está claro que se ha apostado por una depuradora tradicional. Así lo asume el alcalde, quien indica que el Ayuntamiento defenderá y exigirá, sin embargo, la más avanzada tecnológicamente.

El inconveniente es que ese modelo acarreará mayores costes, hasta veinte millones, estima, cuando la inversión para la prevista ahora mismo ronda los 56. Pero el regidor confía en la sensibilidad del ministerio ante el problema planteado. «Esixiremos a que teña a tecnoloxía máis avanzada», dice Bugallo, para quien Medio Ambiente asumirá «o que iso custe», porque «é unha obra imprescindible para a cidade». Añade que lograr ese cambio es un compromiso.

El alcalde ya trató este asunto anteayer con el presidente de la Confederación Hidrográfica del Noroeste y de la del Sil, la que en el futuro se encargará de Galicia. «Estivemos buscando solucións que palíen na medida do posible os problemas denunciados». Hoy concluye el plazo de alegaciones al proyecto. El alcalde admite que el malestar vecinal dará pie a reclamaciones por esta vía y ante ello mantiene que se trabajará «para reducir al máximo posible los problemas, pero o que non poden contar é con nós para non facela».

Frente a la actual

Al igual que apela a la complejidad de un cambio de ubicación para descartarlo, porque supondría retrotraer el expediente a más de un año y medio, Bugallo insistía ayer en los inconvenientes de programar la nueva estación depuradora donde está la actual. Su construcción ahí obligaría a cerrar durante los tres años de obra las actuales instalaciones, «e iso é impensable», pero «tamén é irrenunciable para a cidade ter unha nova depuradora». Recuerda que la actual ya no da abasto y que aunque la situación mejorase si hubiese un sistema separativo de aguas pluviales y fecales, que no lo hay en buena parte de la ciudad (eso reduciría el agua a tratar), igualmente sería necesaria, porque la ciudad crece y el equipamiento queda obsoleto.

La nueva depuradora se construirá enfrente de la actual, aunque al otro lado del Sar. Ese cambio, la aproxima sin embargo a una zona de viviendas. Según los afectados, que advierten estar dispuestos a llegar a los juzgados, hay una aldea a 150 metros y tres o cuatro viviendas a unos 100». La planta tendrá capacidad para tratar el agua residual de 264.000 habitantes.