El barrio de Fontiñas celebró ayer la reciente concesión del Premio Europeo de Arquitectura Philippe Rothier 2008 por el diseño urbano del polígono, nacido a principios de los años 90 y que desde entonces se ha completado con la incorporación de nuevas fases, hasta configurar uno de los barrios más populosos de la ciudad, en el que conviven unas 11.000 personas, y el mejor dotado en equipamientos y servicios. El premio, que el Ayuntamiento recogió el pasado mes de octubre en Bruselas, reconoce la Mejor Calidad de Ampliación de la Ciudad en los últimos 25 años, aunque valora concretamente la calidad del crecimiento del polígono de Fontiñas, elegido con otros 87 barrios europeos para la final. La administración municipal no quiso que el galardón descansase sin más en los despachos municipales y ayer celebró su concesión en la calle, en el mismo barrio que mereció los parabienes del jurado.
La celebración brindó la ocasión de mostrar a sus residentes algunas de las actividades que se realizan en el barrio, donde han surgido varias agrupaciones culturales y que tiene uno de los centros sociales más dinámicos de la ciudad. El acto arrancó a las cinco de la tarde con una actuación del grupo funky de la Asociación Alfaia delante del grafito realizado en los últimos días en el muro del instituto Antón Fraguas, precisamente con motivo del otorgamiento del premio.
Su confección fue uno de las actividades previas para preparar la jornada de ayer. La otra fue la instalación de una urna en el centro sociocultural para que los vecinos expresasen sus deseos para el barrio. Los mensajes se enterraron posteriormente bajo el árbol de los deseos que se plantó con la intervención de varios niños en la zona ajardinada que hay delante de la entrada principal de Área Central, aunque algunos también se formularon oralmente en el vídeo que el Ayuntamiento grabó en los últimos días y que ayer proyectó en la carpa instalada en la citada zona verde, donde varios colectivos del barrio amenizaron la tarde con actuaciones musicales y de danza.
Por el escenario pasaron el coro de Alfaia, alumnas de ballet del centro sociocultural e Iria a Feiticeira, con una danza oriental. En medio de las actuaciones, los representantes de las agrupaciones comerciales, deportivas y vecinales expusieron públicamente sus deseos, en una ronda que cerró el alcalde, quien presidió la celebración en compañía de los vecinos y varios ediles.
Inició esa ronda el gerente de Área Central, Juan Carlos Losada. Su deseo, que continúe la colaboración entre las instituciones y que se siga trabajando por el barrio. La aspiración del presidente del Club Deportivo Fontiñas, Mariano Val, es ya vieja pero está a punto de cumplirse: la construcción de un polideportivo dotado de rocódromo, para que sus secciones de patinaje y montañismo, sobre todo, puedan mejorar sus condiciones de entrenamiento. El pabellón ya está en marcha.
Escueto fue también el presidente vecinal, Luis Meijide, consciente de que tanto el Ayuntamiento como el vecindario conocen sus peticiones. Son tres y recogen las demandas ahora mismo de un barrio «orgulloso deste premio»: que se ponga remedio al problema de los árboles, al deterioro de las aceras y a la escasez de la iluminación. Los dos últimos problemas están ligados en mayor o menor medida con el crecimiento del arbolado, ya sea por el crecimiento de sus raíces o por su desarrollo en altura. El regidor, Xosé Sánchez Bugallo, aspira a que Fontiñas siga avanzando «e sendo mellor», un barrio «integrado e de xente nova e animada, como se ve hoxe aquí, e que siga indo para arriba».
Los vecinos están en general satisfechos con un barrio que entienden bien dotado en equipamientos y servicios.