El PP pide que se controle la población de palomas en los lugares donde su concentración es un problema
SANTIAGO
El PP manifestó ayer su preocupación por la presencia numerosa de palomas en la céntrica plaza de Vigo, donde sus vecinos y los del entorno llevan años quejándose de las molestias que les ocasiona esta comunidad de aves. Según la concejala Amelia González, dichas quejas van desde los problemas de higiene y seguridad que ocasionan en cornisas y tejados como desde la corrosión que provocan en las fachadas y los elementos constructivos en los que anidan y pernoctan hasta el deterioro de desagües, bajantes y canalones.
Así lo recoge en la moción que presentó ayer para su debate en el pleno ordinario de este mes y en la que la oposición insta al gobierno local «a realizar un control eficaz de la población de palomas en las áreas de la ciudad donde su concentración es un problema de salud pública, para evitar daños en personas, edificios o la vía pública».
El PP acepta que una población reducida de palomas no representa ningún daño para la ciudad, pero sostiene que la densidad de estos animales en algunos puntos es demasiado elevada, por lo que, ante la falta de mecanismos reguladores naturales de estas poblaciones, considera que la administración debe intervenir. En este caso, sugiere que controlando su natalidad con productos anticonceptivos. Dice que en ciudades europeas y españolas se han ensayado diversos métodos de control para evitar la superpoblación de estas aves y que lo más eficaz ha sido el control de su natalidad. «Hay que convivir con las palomas, pero controlando su número», dice González, quien aporta que los colectivos de defensa de los animales les han sugerido que se recuperen palomares en los jardines. «En la Alameda hay uno que se puede recuperar»
Los populares defienden la oportunidad de su moción teniendo en cuenta que en abril comienza la época de mayor fertilidad de estos animales, que se han convertido en un problema debido a que «se han adaptado perfectamente al hábitat que les ofrecen las ciudades, con lugares altos y resguardados en los que pueden anidar, y con abundancia de alimentos». Según la edila opositora, una población «elevada y descontrolada de palomas» puede comportar problemas de salud pública, pues «son transmisores de enfermedades a personas y animales domésticos, como la histoplasmosis o la neumonía».