«Soy el único familiar disponible para cuidar a mi madre, estoy en el paro y sin prestación social»

SANTIAGO

15 mar 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

En abril del pasado año, Pedro Salvado presentó una solicitud de ayuda dentro de la Ley de Dependencia. Su madre había sufrido a finales de marzo un ictus cerebral, que empeoró su estado de salud. En diciembre, la Xunta de Galicia calificó el caso como de tercer grado de dependencia y de nivel 2. Aún está esperando la ayuda económica de la Administración gallega.

La madre de Pedro, que tiene 88 años, está encamada y es hemipléjica. «Además, tiene considerablemente mermadas las facultades mentales, por lo que hay que estar pendiente de ella las 24 horas del día». La enfermedad de su madre le supone que «carece de memoria inmediata, le dices ahora una cosa y diez minutos después vuelve a preguntar por lo mismo; a lo mejor acaba de marchar mi hermano y pregunta cuando llega, en cambio, se acuerda de cosas de cuando era pequeña». Ni siquiera por las noches puede estar tranquilo: «Me levanto tres veces por la noche, a veces llama y cuando vas dice que no ha llamado».

Pedro Salvado es la única persona disponible para cuidar a su madre, ya que sus otros dos hermanos viven en Vigo y Dinamarca. «Yo estoy en el paro, pero aunque quisiera trabajar no podría, no puedo dejarla sola; si me dieran la ayuda como cuidador podría arrimar la pensión de mi madre y contratar a una persona durante unas horas al día para poder tener tiempo para hacer cosas tan sencilla como ir a tomar un café y leer tranquilamente el periódico. Pero contrataría a alguien de confianza y si no me siento seguro puedo buscar otra».

Nunca le plantearon la posibilidad de ingresar a su madre en una residencia, pero «tampoco creo que lo aceptara; con las cosas que se oyen de estos centro, de falta de personal, de maltrato a ancianos... no sería capaz de dejarla allí». Pedro Salvado reconoce que el cuidado de una persona con la situación de su madre es una «labor ingrata, te afecta emocionalmente, nunca recibirás agradecimiento por su parte y, aunque sabes que es una enfermedad, te afecta. Es muy duro».