«Más que una ayuda económica, lo ideal para nuestro hijo es un centro como el de A Barcia»

M.?M.

SANTIAGO

15 mar 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Carlos Mourelle Viqueira espera desde hace meses que la Administración gallega materialice la ayuda a la que tienen derecho para el cuidado de su hijo. Es un joven de 20 años que sufre una enfermedad que lo convierte en dependiente total. «Necesita que una persona esté con él las 24 horas del día, no puede hacer nada solo; mi mujer actúa como su enfermera cada día». En diciembre del 2006 les confirmaron que el grado de minusvalía es del 97%, algo que «ya sabíamos», pero fue necesario superar una serie de pruebas para confirmar un diagnóstico que para la familia era más que evidente.

Actualmente su hijo acude cada mañana al centro de A Barcia, pero dentro de poco tiempo ya no podrá hacerlo. «Tiene 20 años, pero en unos meses ya no podrá seguir allí por su edad», comenta Carlos Mourelle. Este padre lamenta que «no hay ningún centro en Galicia para chavales como mi hijo, ahora tendrá que estar en casa todo el día, ya no habrá más opciones para él». Carlos Mourelle no quiere ingresar a su hijo en ningún centro, «solo queríamos un sitio al que pueda ir unas horas, por la mañana, igual que ahora, lo que permite que mi mujer pueda estar libre unas horas. No queremos ingresarlo todo el día, queremos que esté con nosotros». Carlos Mourelle considera que más que «una ayuda económica, lo ideal sería disponer de un centro como el de A Barcia donde pueda estar unas horas, en rehabilitación y terapia».

Asegura que, antes de las elecciones, «en Vicepresidencia se movieron y parecía que iba a producirse la solución, pero nada; nos dijeron que ya estaba y que iban a darnos una ayuda económica para un cuidador, pero no hay resolución definitiva». La familia, más que una ayuda económica para un cuidador, considera, que lo ideal para este joven es «disponer de un lugar donde pueda hacer terapia, al que pueda acudir para seguir con los cuidados que tiene en A Barcia. Pero en Galicia no hay nada, ni siquiera privado».

Por cuenta propia, Carlos Mourelle Viqueira acudió a Aspas, con la esperanza de que pudieran acoger a su hijo cuando cumpla los 21 años. El problema es que «en Aspas nos dicen que todo depende de si le dan una ayuda o no; creo que lo ideal sería que ayudaran a este centro para que el chaval pueda ir allí». Carlos Mourelle insiste en que su hijo necesita cuidados las 24 horas del día. «Mi hijo lleva pañal, no habla, no camina; tiene un visión corta, hay que acercarle mucho las cosas para que las vea. Conoce a la familia más cercana, a la que ve todos los días; tiene una malformación en la espalda y se alimenta por sonda».