Además de ayudar a mantener la enfermedad controlada durante más tiempo, el nuevo fármaco, Everolimus, se tolera mejor que otros tratamientos como la radioterapia o la quimioterapia.
-¿Los efectos sobre el paciente son más o menos agresivos?
-Son diferentes. En general son más tolerados que la quimioterapia, aunque presentan toxicidades que hay que manejar con cuidado. Everolimus tiene toxicidad cutánea y diarrea fundamentalmente. La ventaja es que son mejor tolerados y que muchos de ellos son orales.
-¿Es habitual que el cáncer reaparezca?
-En el 40% de los casos que han sido operados reaparece el tumor de riñón. Pero lo que aparecen son metástasis.
-Que en todo caso sigue siendo cáncer de riñón.
-Sí. La característica del cáncer es que crece localmente donde está y después manda satélites fuera, las metástasis, que son el propio tumor. Una metástasis de un cáncer de riñón en el pulmón es igual que el tumor inicial, no es el cáncer de pulmón.
-¿La tasa de éxito de esta nueva terapia es alta?
-Estos fármacos nos han obligado a cambiar la medida del éxito. Ahora hablamos de beneficio clínico, medimos más tiempos. Suele estar alrededor del 60 o 70% de los casos. No hay respuestas espectaculares, aunque alguna vez sí se ha dado que el tumor desaparezca completamente. Eso es muy raro. Lo que sí hay es un aumento del tiempo en que el tumor está controlado, de control de la enfermedad.