El conjunto santiagués sumó otra vez a domicilio su segunda victoria de la temporada
04 ene 2010 . Actualizado a las 14:48 h.Nadie apostaría un euro por un equipo con fuertes problemas económicos y demasiados quebraderos de cabeza a la hora de confeccionar una convocatoria. Pero Fabiano Soares está hecho de otra pasta, y en Miranda de Ebro, con lo justo, logró asaltar el municipal de Anduva y cosechar un triunfo que al técnico del conjunto compostelano le hace ser optimista.
La suerte fue la gran aliada de los visitantes, pues dos errores garrafales del cancerbero del Mirandés sirvieron para que el Compostela se marchase al descanso con dos goles de ventaja. En la reanudación, los gallegos supieron replegarse para llevarse los tres puntos.
Los temores asaltaron en un primer momento al Compos, que se topó con un Mirandés con más ánimo en ataque. Los de Julio Bañuelos saltaron enrabietados al césped de Anduva y pronto gozaron de sus primeras ocasiones. El cronómetro todavía no había señalizado el primer minuto de partido cuando Matamala y Haritz, en sendos remates, a punto estuvieron de deshacer la igualdad inicial.
Todavía con el susto inicial en el cuerpo, llegó el golpe de gracia para el conjunto gallego. Una internada peligrosa por banda derecha acabó con una falta en campo rojillo sin aparente peligro. No obstante, el lanzamiento de Catú se fue cargando de peligro a medida que fue avanzando metros, más aún cuando el guardameta Iván Gómez no fue capaz de blocar el esférico. El balón botó justo en la línea de gol, lo que provocó el estrepitoso fallo del cancerbero del Mirandés.
Con el tanto en contra, el cuadro local se vio obligado a estirar sus líneas e intentar poner cerco a la meta del Compos. Pablo se convirtió en el referente ofensivo del equipo que dirige Julio Bañuelos, pero sus internadas por banda izquierda no encontraron compañero de viaje y el meta Pablo pudo descansar en el ecuador del primer tiempo.
Dominio local
El conjunto santiagués parecía estar de nuevo a merced del acierto de cara a puerta del Mirandés, pero otro estrepitoso error del cancerbero local cambió el guión del choque por completo. Iván Gómez no llegó a despejar bien un balón colgado desde la banda izquierda y dejó el esférico muerto en el área pequeña. Iván González supo agradecer el regalo de su rival y anotó el segundo gol del Compos.
El choque se le había puesto cuesta abajo y sin frenos a los de Fabiano, que supieron cerrar bien filas y frenar sin problemas las constantes intentonas del Mirandés.
La ocasión más clara de los rojillos fue para Lozano, que estrelló la pelota en el travesaño a la salida de un córner. Esta fue la primera ocasión de varias hasta el descanso, pues los locales se hicieron con el dominio del juego. No obstante, su control fue estéril, y sus oportunidades para marcar, escasas. En el minuto 24, Rodellar remató flojo a la manos de Pablo, y diez minutos después Agustín disparó flojo de puntera.
Ya en el tiempo de descuento, y con el Compos aún replegado en su área, el burgalés Pablo gozó de una gran ocasión tras quebrar a dos zagueros, pero su remate se marchó desviado por encima del larguero.
Tras el paso por vestuarios, el conjunto local salió espoleado, con la intención de recortar diferencias en el marcador. En el 48, Pablo, el mejor de los locales, dispuso de una buena oportunidad en un remate cruzado que se marchó rozando el palo derecho de la portería visitante. Un minuto después, el propio Pablo volvió a poner a prueba al cancerbero del Compos, que detuvo con su cuerpo el disparo a bocajarro del atacante local.
Replegado
El once de Fabiano estaba replegado en su área, frenando cualquier embestida rojilla con el orden de su zaga y el buen hacer de su portero, que estuvo muy inspirado. En el minuto 54, Haritz estuvo a punto de sorprender tras una buena jugada colectiva del conjunto mirandesista, pero su remate se marchó fuera.
Los minutos pasaban y el Mirandés parecía incapaz de remontar el encuentro. El meta Pablo era una auténtica máquina de parar balones. En el 63 también acertó a atajar una doble ocasión de gol local. Donde no pudo hacer nada fue dos minutos después, cuando Raúl García se incorporó al ataque y soltó un misil raso que sembró de optimismo a los locales.
Hasta el pitido final el Mirandés lo intentó una y otra vez, pero no consiguió que el marcador borrase el 1-2 que certificaba el triunfo del Compos un mes después.