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La muerte de Paquirri salvó a Tomás

R. Domínguez / C. Fraga

SANTIAGO

La rápida intervención en la plaza fue decisiva para el torero madrileño. Desde el suceso de Pozoblanco, las enfermerías de los cosos están mucho mejor equipadas

27 abr 2010 . Actualizado a las 10:10 h.

«Cuando vi la primera noticia pensé "se muere"». Lo dice Ramón Segura, jefe de cirugía vascular del Hospital Universitario A Coruña. La cornada que recibió José Tomás ha afectado a lo que en el argot de los cirujanos ya conocen como «triángulo de los toreros», técnicamente triángulo de Scarpa, y las consecuencias no han sido pinchazos, sino desgarros. «En contra de lo que la gente cree, el pitón del toro no pincha, rompe a su paso y a medida que zarandea en el aire va arrancando más y más tejidos», explica Segura. Gráficamente, el especialista alude a la imagen de «la punta de un sacacorchos agitándose dentro».

Para dar idea de lo «providencial» que fue la actuación del subalterno del diestro comprimiendo la zona, Segura recuerda que cuando Paquirri sufrió la cornada que lo mató «el banderillero de más peso de su cuadrilla fue sentado encima de él los 80 kilómetros que separaban la plaza del hospital». Evitar la hemorragia fatal solo fue posible gracias a las transfusiones que le hicieron en la propia plaza.

En el quirófano, el protocolo teórico establece que el cirujano debe explorar las distintas trayectorias y «hacer como túneles, ponerlos al descubierto». Las venas se pueden ligar, coser o cerrar. Más complejo resulta con las arterias. «Si le afectó a la ilíaca, probablemente habrán tenido que recurrir a sustituirle una parte con una prótesis de material sintético para garantizar la circulación».

Todos los expertos coinciden en que la rápida intervención del equipo médico en la plaza de Aguascalientes «salvó la vida» de José Tomás. Eduardo Lozano, propietario de la plaza de toros de Pontevedra, considera que el diestro tuvo «suerte de que el equipo médico mantuviera la calma y actuara con rapidez y eficacia».

El empresario pontevedrés está convencido de que la plaza contaba con «los medios necesarios» para atender al diestro, ya que «es una de las más importantes del país».

Lozano ensalzó la decisión de los médicos de intervenir a José Tomás en la plaza: «Si lo hubieran trasladado en ambulancia podría haberse desangrado». El equipamiento de las plazas de toros de todo el mundo cambió «radicalmente» desde que Paquirri sufrió la cornada mortal. En España, de acuerdo con el reglamento taurino, todas las plazas cuentan con enfermerías bien dotadas o quirófanos móviles en los que se puede realizar una intervención de urgencia, con equipos de reanimación, de anestesia, un desfibrilador y unidades de sangre. En estas ocasiones, «muchas veces la rapidez es más importante que contar con las condiciones del mejor quirófano», asegura Lozano.

El empresario afirma que en la Plaza de Toros de Pontevedra también cuentan con un equipo médico «estupendo, que desgraciadamente tuvo que intervenir hace dos años» ante una cornada al torilero José María Muñoz, durante el Trofeo Manolete, en el que participó el mismo José Tomás. Tras torear tres años seguidos en Pontevedra, «este año Tomás no tenía previsto volver, pero lo esperamos el año que viene», concluye Lorenzo.