Durante su estancia en Roma, la exposición sobre la figura de Gelmírez fue visitada por más de 40.000 personas. Esto, entiende el comisario, «ha sido muy beneficioso para Santiago y Galicia, al darnos la oportunidad de darnos a conocer aportando no solo material extraordinario».
Pero la sede expositiva que más piezas tiene es la de Santiago, algunas de las cuales, como las italianas y francesas, son expuestas por vez primera. «Se ha puesto un material destinado a un público menos erudito -explica Manuel Castiñeiras- pero acostumbrado a la civilización de la imagen. Así, reconstruimos las torres de Catoira en tres dimensiones, como era en la época del Gelmírez. También se han reconstruido las torres del altar mayor de Gelmírez y la puerta de la Acibechería, la Puerta Francígena». Además, en la muestra se puede ver un vídeo de los caminos que recorrió Gelmírez en los años 1100 y 1105, a Roma y Braga, respectivamente, para hacerse con las reliquias que había en Portugal y le hacían la competencia a Santiago.
Entre las piezas de gran valor destaca una de Trinità dei Monti (Italia), y otra de un pueblo cercano a Roma: dos columnas salomónicas de mármol que copian las columnas que había en el antiguo altar de San Pedro del Vaticano, que Bernini utilizó para el famoso Baldaquino y que Gelmírez las evocó con la Puerta Francígena. Estas dos espectaculares piezas fueron restauradas por el Xacobeo. Manuel Castiñeiras destaca también las cartas en las que el obispo de Toscana le pide a Gelmírez una reliquia de Santiago, y le envía un trozo de la mandíbula del Apóstol». Para albergar tan importante reliquia del santo se construyó allí un altar.