Vite pide más de 700 tarjetas para la zona de residentes, que funcionará en febrero
SANTIAGO
Los barrios de Guadalupe y Vite han solicitado más de 700 tarjetas de residentes para poder aparcar en las zonas reservadas en la vía pública únicamente para los vecinos censados en ese ámbito, siguiendo el modelo que a principios de diciembre se puso en marcha en Pontepedriña. En este caso se habilitarán 460 plazas para uso exclusivo de los residentes y se dejarán 112 libres. Se trata de primar, asegura el Concello, la disponibilidad de estacionamiento de los vecinos en aquellas zonas que soportan una gran presión de tráfico foráneo por su proximidad a centros comerciales o administrativos y cuyas viviendas carecen de aparcamiento.
La solicitud de las tarjetas que garantizan esa disponibilidad para los residentes está ahora mismo en el período de comprobación de datos, para verificar que los demandantes cumplen los requisitos que exige la normativa municipal para acceder a esa reserva y que se ha entregado toda la documentación requerida. Y es posible que más de uno se quede sin esa autorización.
Ya pasó en Pontepedriña, donde fueron rechazadas 122 solicitudes, en su mayor parte por no coincidir el empadronamiento del vehículo y el del peticionario del permiso de aparcamiento. En esta zona se concedieron al final 321 tarjetas para las 307 plazas que están exclusivamente a disposición de los residentes y que se identifican con el pintado de sus bordes en color verde y por la señalización vertical que informa de la singularidad de estas zonas.
En Guadalupe y Vite ya se está con el proceso de identificación de esas plazas en paralelo a la tramitación de las tarjetas, que en unas semanas comenzarán a ser efectivas. De hecho, el Concello cuenta con que a lo largo de febrero comience a funcionar la que será la segunda zona de la ciudad con aparcamiento para residentes. Ahora mismo se trabaja con la previsión de comenzar a repartir esos permisos a mediados de enero y después se dejarán transcurrir un par de semanas para que los usuarios de la zona se habitúen a la nueva señalización y para que aquellos que no tengan derecho a hacer uso de esos espacios se vayan concienciando de ello.
San Pedro, el siguiente
Así se hizo en Pontepedriña, donde el aparcamiento para residentes en la vía pública funciona desde el 6 de diciembre, aunque en relación a este barrio hay quien no ha dejado de manifestar su malestar por que esta medida les dificulta estacionar para ir a ver a sus familiares residentes en polígonos de los años 60 y 70, donde el envejecimiento de la población es progresivo, y sobre todo cuando quedan espacios libres para aparcar. Sin embargo, la concejala de Seguridade Viaria, la socialista Marta Álvarez-Santullano, sostiene que esa gente puede utilizar las zonas libres.
Afirma la edila que esos no son polígonos «onde as distancias sexan un problema» y que el hecho de que ahora haya espacios libres en la calle «vén confirmar o que sabiamos, que aparcaba alí xente de fóra», dificultando el estacionamiento de los propios residentes. Santullano indica además que en la zona de Pontepedriña le han llegado peticiones para que Amor Ruibal se incluya también entre las áreas de aparcamiento para residentes.
El alcance de los ámbitos para la reserva de estas plazas puede variar, afirma la concejala, pero lo que no cambiarán «serán os requisitos» para acceder a esas tarjetas, y los principales son que el peticionario de la misma y el vehículo estén empadronados en el ámbito vinculado a esa reserva.
Tan pronto como se entreguen las tarjetas para las áreas de Vite y Guadalupe se comenzará con la tramitación de las de San Pedro, el siguiente barrio que dispondrá de plazas específicas para residentes.