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La playa de Broña, en Outes, ya queda a menos de media hora

iria ameixeiras SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Desde la apertura de la AG-56 es el mejor arenal para una escapada breve

13 ago 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

«Estos días azules y este sol de la infancia», con aquella frase, encontrada en último bolsillo de Machado, se podría haber descrito toda una tarde en Broña. Para llegar en coche al apartado edén de Serra de Outes, tan solo se necesita transitar los 34 kilómetros de la AG-56 y menos media hora desde Compostela. Incluso sin ir al límite se podría llegar antes. Desde luego, la revolución estival ha llegado con el final de las obras del corredor que liga la playa a la capital gallega. Pero no son solo estos los «recunchos invadidos». Dice el edil de Mobilidade de Santiago que la apertura del vial ha llenado Esteiro, Abelleira o San Francisco de veraneantes de Santiago.

En Outes, el alcalde en funciones, Antonio García Blanco, asegura que «ao tratarse dunha praia pequena, está sempre por riba das súas capacidades». Los bañistas llegan, evitando Noia y el autobús que más se aproxima deja a los viajeros a 600 metros del mar. En efecto, el lugar está lleno de coches. Apenas hay donde aparcar, algunos vehículos pagan por estacionar en fincas particulares, y algunas salidas están atrofiadas. Cada familia trae su automóvil, de ahí que, de vez en cuando, la rotonda para entrar en el lugar de Broña se colapse. Ciertamente, la situación ha inducido a que «se presentara xa algunha denuncia», comenta Blanco.

Gabriel Amado, el propietario del bar Chiringo, narra las andanzas de los visitantes con cierta indiferencia: «Veñen moitos, pero poucos consumen». Según cuenta Amado, además del suyo, que está abierto todo el año, existen bares que tan solo ofrecen asiento en los meses de sol. Incluso hay alguno que sirve copas a ritmo de merengue.

La playa de Broña está vigilada por cinco socorristas. Tono y María eran los encargados el jueves a la tarde. «Os cortes nas rochas prodúcense todos os anos, o que non entendemos e tanta picadura de avespa», dicen. No obstante, el único problema, son «os que van aos mexillóns» o los que se dedican al hurto de carteles informativos. Al no haber bandera azul, la playa carece de aseos públicos, lo que convierte a estos en el principal reclamo de los bañistas. Pese a todo, a la ausencia de servicios urgentes o aparcamientos, la gente no para de llegar, «nótase que está aí a autovía», opina María. Los socorristas le asignan al mar apaciguado el apodo de «tranquilo».

Los hay que han cambiado sus costumbres. Fran visita Broña por vez primera, pues «desde Santiago, esta é a praia que teño máis preto».

29 minutos

El corredor hacia el mar

La AG-56 convierte a Broña en la más cercana a Santiago, con un trayecto de media hora

34 kilómetros

La señal de llegada

Al salir de Broña y tomar la AG-56 un cartel indica los 34 kilómetros hacia la capital