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A por el trabajo del verano

Natalia M. Caviedes

SANTIAGO

Amas de casa, hombres mayores de 40 años e inmigrantes se suman a las listas de jóvenes que tradicionalmente buscan trabajo en julio y agosto.

14 ago 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Si antes eran mayoritariamente jóvenes los que buscaban trabajo en verano, ahora a estos se les suman otras franjas de edad de los más de cuatro millones de parados que se registran en España (123.457 más que los contabilizados el año pasado). Amas de casa, inmigrantes, parados con elevada cualificación, muchos mayores de 40 años se incorporan a las bolsas de empleo. La época estival es la mejor temporada para conseguir un puesto de trabajo y, en la situación de incertidumbre actual, ya no importa tanto renunciar a los mejores meses del año para el ocio si existe alguna oportunidad de conseguir ingresos, bien para la hucha o bien para cubrir las necesidades del día a día.

Sin embargo, aunque se soliciten trabajadores, ya no hay puestos para tantos. «Desde el 2008, cuando se empezaron a notar los efectos de la crisis, viene a dejar su currículo mucha gente con buen expediente y experiencia, dispuesta a firmar un contrato eventual o a aceptar un trabajo de categoría inferior al que habían tenido anteriormente», apunta Silvia Fernández, directora de Adecco en Galicia.

Este verano generará alrededor de 3.300 nuevos contratos en Galicia (unos 88.000 en España), según un estudio de Adecco, que apunta a un aumento en el volumen de contratación en Galicia del 5 %. La temporada más pujante se concentra desde principios de julio hasta mediados de septiembre, y serán las industrias conserveras y de productos lácteos las que requerirán más mano de obra. ¿Por qué? Principalmente, por las sustituciones de los empleados que se van de vacaciones y las campañas de lanzamiento de nuevos productos.

DEMANDA EN SERVICIOS

En el resto de la geografía española será el sector servicios el que solicitará la incorporación intensiva de trabajadores para actividades turísticas, de hostelería, aeropuertos y centros de servicio telefónico de empresas (call centers). Pero debido a la situación actual, algunas compañías optarán por cerrar por vacaciones, forzadas por la caída del consumo y el consiguiente descenso en la producción, que hacen que ya no les compense mantener las puertas abiertas.

Es este fenómeno global el que provoca, por ejemplo, que mujeres que nunca habían trabajado fuera ocupen un lugar importante en las listas de demandantes de empleo. Alrededor de 170.000 amas de casa abandonaron sus hogares el año pasado para tratar de hacerse un hueco en el mercado laboral y aportar ingresos extras a la unidad familiar, afectada por el paro de algunos de sus miembros. «Generalmente se encuentran en una situación supercrítica y buscan asesoramiento», afirma Silvia Fernández, que advierte que el verano es un buen momento para que estas mujeres encuentren trabajo, ya que coincide con el comienzo de las campañas del sector de la alimentación y las empresas no suelen exigir experiencia previa o cualificación alta.

CUALIFICACIÓN Y EXPERIENCIA

La crisis ha arrasado miles de puestos de trabajo, muchos de ellos a través de expedientes de regulación de empleo (ERE) que castigan de forma especial a los mayores de 40 años. Se trata de trabajadores con una larga trayectoria profesional y, en su caso, la cualificación y los años de experiencia hacen que les resulte más sencillo encontrar un empleo. Pero «también aquí todo depende de la predisposición de la persona y de su flexibilidad a la hora de aceptar un puesto en condiciones inferiores a las que disfrutaba -afirma la directora de Adecco en Galicia-. Porque no siempre esa disponibilidad es coherente con la situación en la que se encuentran», agrega. De hecho, hay desempleados que se niegan a asumirlo e incluso ocurre que la empresa es reticente a la hora de contratar a alguien con una cualificación superior al puesto que ofrece, ya que el trabajador puede perder la motivación.

Amas de casa, asalariados que superan los 40 años y de la noche a la mañana se ven sin los únicos ingresos que entraban en su hogar? Pero ¿y los inmigrantes? ¿También trabajan en verano? Antes de la crisis, este colectivo procuraba actividades remuneradas de larga duración para garantizar su estabilidad en el país de acogida, pero ahora la necesidad los ha vuelto menos exigentes. «Mientras se encuentran en situación regular, se enfrentan al mismo problema que el resto, una bolsa de trabajo con más gente y con menos oferta», apunta Silvia Fernández.

Y en la cima de las preocupaciones, el salario, el dinero que uno se va a llevar a casa como recompensa por el trabajo hecho. «En este sentido no ha habido cambios, los salarios dependen del perfil del trabajador y de la empresa en particular», señalan los expertos.

DESEMPLEO POR SECTORES

Haciendo un repaso generalizado al mapa del desempleo, parece incontestable que la crisis ha afectado principalmente a los sectores ocupados tradicionalmente por hombres, como son la construcción y la industria, lo que implica, entre otras razones, que sean los porcentajes de paro masculino los que muestren un mayor incremento.

Por tramos de edad, los menores de 30 años disminuyen en un 3,89 %, respecto al año anterior, mientras que el resto de las franjas experimentan un intenso crecimiento. Es el caso del grupo de desempleados mayores de 44 años, que registra un alza del 10,9?%. Entre los que tienen entre 30 y 44 años, el impacto de la crisis se cifra en el 7?%.

¿Pero coinciden los demandantes con el perfil que requieren las empresas? En el caso de Galicia, el protagonista es el sector alimentario. La oferta más numerosa será para el manipulador de alimentos y el peón de línea de producción, seguida de los cocineros, camareros y recepcionistas de hotel en los negocios de restauración y guías de viaje, y animadores o monitores de tiempo libre en parques temáticos y de ocio. Y, yendo más allá de la época estival, las energías renovables, un sector que requiere un perfil más cualificado, apunta como uno de los que tienen buenas perspectivas en la comunidad.