Las intoxicaciones etílicas subieron un 70% entre menores esta década

R. D. S.

SOCIEDAD

Médicos y especialistas urgen en el congreso nacional de drogas medidas legales y sociales ante el botellón

12 abr 2008 . Actualizado a las 14:46 h.

Los especialistas que participan en el congreso nacional de Socidrogalcohol alertaron ayer sobre un fenómeno generalizado que se alimenta, precisamente, de esa aparente normalidad: en el botellón está fermentando una generación de «descerebrados», en el sentido estricto de la palabra. Los daños que ocasiona la ingesta abusiva, rápida y regular del alcohol en el organismo en general y en el sistema nervioso central de forma particular fueron ayer uno de los temas casi monográficos del simposio que se celebra en A Coruña, donde se aportaron datos sobre el consumo y, sobre todo, los efectos, agudos y crónicos, así como su relación directa con las dos primeras causas de muerte entre los jóvenes, los accidentes de tráfico y los suicidios.

En Galicia, el 061 atendió 800 urgencias por intoxicaciones etílicas de menores de edad en un año, «y 250 de ellos no habían cumplido los 14», subrayó Víctor Pedreira, subdirector de Drogodependencias de la Xunta, quien señaló que la cifra representa un incremento del 70% en menos de una decenio, desde el 2000.

Los datos que maneja la Administración indican además que buena parte de los menores de edad, hasta seis de cada diez, reconocen que se emborrachan, de media, una vez cada diez días, y a medida que el abuso se incrementa, disminuye la percepción del daño y aumentan las dificultades de un desarrollo normal de actividades cotidianas, incluidos el aprendizaje y la adaptación laboral.

Un 10% de los botelloneros acabarán siendo adictos, advirtió Maite Cortés, responsable de un estudio entre 6.000 jóvenes de entre 14 y 26 años de la Comunidad Valenciana, que alertó que «cuando los consumos de forma agresiva se inician tan pronto, a los 14, hasta un 47% acaban al límite de la dependencia».

Los especialistas coincidieron en reclamar acciones legislativas y sociales frente al botellón, con incidencia en los padres que a menudo niegan la evidencia y señalaron que los estudios demuestran varios elementos de advertencia, como que la ingesta en adolescentes se está equiparando a la de los universitarios, de modo que serán mucho antes lo que se denomina consumidores radicales: beben en cantidad desmedida, por encima de 60 gramos ellos y 40 ellas en cada sesión, con regularidad y durante años.

Además, se está constatando que entre las chicas menores las cantidades son ya muy similares a las de los chicos y que el contacto con otras drogas, sobre todo cannabis, en el botellón alcanza ya el 50%. A este respecto, Gerardo Flores, director de la unidad de drogas de Ourense, subrayó la importancia de que «cale el mensaje de la abstinencia» entre colectivos como las embarazadas, los que están tomando fármacos y los menores, y puso énfasis en el riesgo añadido: «Se está adelantando el contacto con drogas como la cocaína hasta diez años», advirtió.