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Los discapacitados exigen pagar menos con la ley de dependencia

S. C.

SOCIEDAD

Cogami calcula que hasta ahora solo el 17% de los solicitantes de ayuda tienen entre 18 y 64 años

10 dic 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

La Confederación Gallega de Personas con Discapacidad (Cogami) considera que la ley de dependencia penaliza a las familias de clase media y aquellas que, acogiéndose a normas anteriores, ahorran para dejar mejor situado al hijo o familiar discapacitado. Además, diferentes colectivos gallegos de jóvenes con problemas físicos y psíquicos entienden que la ley es cicatera con sus necesidades.

Cogami forma parte de Cermi, la confeederación española de personas con discapacidad, que ha recurrido el acuerdo de copago de la ley de dependencia. La esencia de la queja de Cermi-Cogami es el dinero. Ignacio Rodríguez, su secretario general, lo explica: «El acuerdo de copago de los servicios presentado en Madrid dice que las personas con una renta inferior al Iprem (es decir, que reciban menos de 517 euros al mes) tendrán todos los servicios de la ley de dependencia de forma gratuita. Nosotros queremos que el umbral de gratuidad esté en 2,5 veces el Iprem». Incluir a este grupo será, para Cogami, la garantía de que una persona con discapacidad pueda tener una vida independiente. Por ejemplo, una persona que gane 1.100 euros al mes y que cuente con alguien que le eche una mano para vestirse, asearse o salir de casa.

El acuerdo de copago de la ley de dependencia no tiene en cuenta esta realidad y penaliza también a las familias de clase media que hacen el esfuerzo de dejar mejor situados a los hijos que tienen, en teoría, peor perspectiva de futuro, algo que curiosamente se fomentó hace un lustro con la ley 41/2003 del 18 de noviembre.

Cogami recuerda que el 17% de las personas que han solicitado integrarse en la ley está en edad de trabajar, entre 18 y 64 años, una cantidad relativamente baja que podría permitir un mayor umbral de gratuidad.

En la misma línea van las asociaciones de enfermos psíquicos y físicos de Galicia. La mayor parte de estas entidades cree que la ley de dependencia está centrada en las personas mayores y necesita una revisión en lo que a otros grupos sociales se refiere.

Por ejemplo, apuntan el problema que para muchas familias supone tener que elegir entre centro de día o salario para un cuidador informal. La asistente social de una agrupación de enfermos psíquicos explica que «las madres no pueden trabajar fuera de casa, porque el absentismo en estos grupos es altísimo y constantemente tienen que ir al médico o simplemente deben quedarse en casa». Por otra parte, «en el centro de día siempre mejoran porque les aportan cosas complementarias al cariño y cuidado que les da su familia».