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La clave es pasar de la «posición» al «interés»

La Voz

SOCIEDAD

26 may 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

¿Cómo se consigue que una pareja que lleva, por ejemplo, cinco años sin hablarse llegue a un acuerdo sólido y lo cumpla? «Haciéndoles ver que han de dejar esa posición inamovible en la que se encuentran y piensen en cuál es su verdadero interés», dice Juan Daponte. El psicólogo parece tener una varita mágica para conseguirlo, a la vista de su nivel de éxitos: «A veces lo único que necesitan es poder hablar», apunta Faílde.

Algunos llevan años sin dirigirse la palabra y comunicándose por medio de sus abogados, escuchando lo que opinan los padres, nuevos cónyuges, cuñados y tíos, pero sin sentarse juntos. Esa tensión es un patrón en la primera charla. Después se va rebajando: «A veces solo con que uno diga ''lo siento'' o ''no sabía que te hacía tanto daño''», apunta Olga Faílde, porque detrás de exigencias absurdas o draconianas se suele esconder el dolor de un capítulo vital no cerrado.

Otra opción que tienen los técnicos es plantear la cuestión de forma práctica. «Les preguntamos -plantea Daponte- tú qué quieres, a ti qué te interesa, y es sorprendente descubrir que ambos quieren casi lo mismo; que los niños estén bien, poder disfrutar de ellos y que crezcan felices». El punto de partida otra vez: cambiar el enroque por un análisis sobre lo que quieren tener. Es sorprendente el buen resultado que da esta sencilla técnica de negociación directa, sin familias ni abogados, que después, eso sí, hay que madurar: «Nosotros insistimos mucho ?-dice Daponte- en que comenten lo que aquí se plantea con sus abogados, con sus nuevas parejas, sus familias y amigos... porque tienen que estar muy convencidos de que es lo que quieren para que después sea eficaz». Lógicamente, con dos meses de puesta en marcha del servicio, resulta difícil saber si a largo plazo lo será; de entrada, no parece haber dudas.

El primer balance llegará a final de año, cuando la Xunta decida si renueva este convenio y lo extiende a otros juzgados.

Sin dedicación exclusiva

Eso sí, sería deseable que, además de contar con el servicio, los juzgados de familia se dediquen en exclusiva a esto, porque el juez Soto, además de divorcios e incapacidades -que también pueden acudir a la mediación- se encarga de los internamientos psiquiátricos (400 al año en Santiago), las incapacidades (200) y asuntos normales de cualquier otro juzgado. En la misma situación están las salas de familia de Pontevedra y Ourense.