El Partido Pirata, que lucha para legalizar las descargas en la Red, acaba de lograr un escaño en Estrasburgo
17 jun 2009 . Actualizado a las 00:33 h.Rick Falkvinge respira aliviado después de la semana más exitosa de la corta vida del Partido Pirata sueco, del cual es líder. El domingo 7 de junio, conquistó 225.915 votos y su primer escaño en el Parlamento Europeo. Tres días después, el miércoles día 10, el Consejo Constitucional de Francia recortó el corazón de la ley antipiratería defendida por Sarkozy. Para Falkvinge, las fechas son emblemáticas: «Fue una doble victoria, y en batallas decisivas: si hubiéramos perdido, la lucha por las libertades civiles en la Red sería borrada de la agenda». Su próxima batalla ya tiene fecha: 19 de septiembre del 2010, las elecciones generales en Suecia.
-De los ocho grandes partidos de Suecia, el Partido Pirata es el único que no ha perdido miembros los últimos dos años. ¿A qué se debe este éxito?
-Técnicamente, el Partido Verde ha ganado 65 militantes en el último año. Nosotros ganamos 65 miembros en apenas cuatro minutos. Justo después del juicio a The Pirate Bay [una página web de descargas], sumamos 932 nuevos miembros cada hora.
-¿Cree que el partido ha tenido suerte de que el juicio haya atraído tanta atención justo antes de las elecciones?
-Claro. Marcó la diferencia, triplicamos el número de miembros en una semana. Pero constantemente se promulgan nuevas leyes represoras, así que cualquier cita electoral va a llegar justo antes o después de alguna legislación hostil.
-La gran mayoría de sus seguidores son jóvenes. ¿Cree que entienden la posición ideológica del partido o solo quieren seguir descargando?
-Quienes nos apoyan están acostumbrados a compartir archivos en la Red y, de repente, el sistema se lo quiere prohibir. Los jóvenes no entienden la razón y defienden lo que han hecho siempre. Creo que la gente nos busca porque defendemos las descargas, y siguen con nosotros porque se interesan por las implicaciones que ello tiene sobre las libertades civiles.
-Uno de los principios del partido es no posicionarse sobre otros temas. ¿Cómo será posible representar a sus seguidores en otras cuestiones?
-Nuestra posición política en torno a la propiedad intelectual o a la libertad de uso de Internet no es tan específica. También tiene implicaciones en cuestiones como el cambio climático o la producción de equipos que no dañen el medio ambiente. También en la salud pública, en la economía... No queremos liderar el país con esta plataforma, sino ser el árbitro que decide el empate entre las dos coaliciones. Si cada una tiene un 47,5% y nosotros tenemos un 5%, entonces decidiremos el nuevo primer ministro. A nuestro partido no se lo puede situar a derecha o izquierda en el espectro tradicional. Somos capaces de reunir al liberal más azul con el comunista más rojo bajo la bandera de los piratas.
-Si se acaba el sistema de patentes, como usted defiende, ¿cómo podrán competir los pequeños inventores con las grandes empresas para tener éxito en el mercado?
-La patente protege a la empresa grande del pequeño negocio, y no al contrario. Si acabamos con este sistema, los pequeños no tendrán más la preocupación de sufrir una demanda. Las grandes empresas se adelantan y patentan una docena de productos, para después demandar al inventor antes de que él pueda patentar el suyo. Hoy, el valor medio de una demanda es de cuatro millones. El pequeño no tiene otra opción que entregar todo a las grandes compañías.
-La licencia «Creative Commons» gana popularidad. ¿Hay que dejar que el artista elija cómo publicar su obra?
-En cuanto haya una persona con poder de decir qué puedo o no hacer en mi vida privada, las libertades civiles estarán en riesgo. Nuestro derecho de comunicación privada tiene prioridad sobre cualesquiera derechos de autor.
-Si los jóvenes son el futuro de la política, ¿cree que el tiempo está a su favor?
-Sí y no. Somos el mayor partido entre los menores de 30 años. Pero el conflicto está empeorando, y rápido. Los políticos de hoy creen que Internet es un juego que se lo puede quitar a uno si se porta mal. Tendrán que pasar dos o tres décadas para que los nuevos políticos lleguen al poder. Mientras, nos arriesgamos a una sociedad de Gran Hermano. Estamos creciendo rápido, pero ¿será rápido suficiente?