Los gallegos solían dejar antes un mes a sus animales y ahora muy pocos superan los quince días
09 jul 2009 . Actualizado a las 02:11 h.La crisis económica es la principal responsable de que cada vez sean menos los gallegos que optan por dejar a su animal de compañía en un hotel para mascotas. Si en años anteriores el tiempo medio de alojamiento se aproximaba a los treinta días, este verano se ha visto reducido casi a la mitad. Pero no solo ha disminuido el tiempo de reserva, sino que también ha caído el número total de los que buscan cobijo para su animal de compañía. «Este año no hay tantas reservas como en años anteriores» sentencia Francisco Rico, responsable de la residencia canina de Esgos de Ourense. Alojar a la mascota A pesar de la crisis, la necesidad de buscar alojamiento para las mascotas sigue presente en todos los hogares cada vez que se hacen las maletas para ir de vacaciones. Las alternativas no son muchas: viajar con el animal o buscarle cobijo, aunque lo cierto es que pocos son los dueños que optan por llevar a su fiel amigo al destino vacacional elegido. Si el hecho de viajar con mascotas es poco frecuente, la situación se agrava si se observa la escasez de establecimientos hoteleros que las admiten. Alojarse con animales es especialmente complicado en Galicia, donde solo un 13% de los establecimientos permiten la entrada de animales.
Esta realidad ha hecho que las residencias de mascotas hayan encontrado una oportunidad de negocio aun a pesar de la crisis. En algunas, como la residencia canina A Sabela, ubicada en la localidad coruñesa de Milladoiro, no solo admiten a perros y gatos. Cada vez son más los que preguntan para dejar a su conejo, tortuga o hámster. Una circunstancia que ha obligado a su propietario, Manuel Tojo, a atender esta nueva demanda de su clientela.
En otra residencia gallega, en este caso en el centro canino Do Pazo en Abegondo, han notado la demanda de cobijo para especies exóticas. «Ya han llegado hasta nuestro centro personas en busca de alojamiento para iguanas», reconoce Manuel Pásaro, director de este establecimiento.
Para estas residencias de mascotas el período de más actividad se concentra en la temporada de verano. En este sentido, Manuel Tojo, de la residencia A Sabela, reconoce: «Aunque trabajamos todo el año de forma ininterrumpida, el grueso del trabajo aparece en los meses estivales». En su residencia no solo se da cobijo a unos 90 perros y 12 gatos, sino que se hace posible un universo de posibilidades para el disfrute de las mascotas más sibaritas: peluquería, sala de baño, paseos por el exterior... Lo cierto es que los animales también se merecen vacaciones.