El CSIC diseña un dispositivo capaz de eliminar el temblor en el párkinson

SOCIEDAD
El prototipo, financiado por la UE, detecta si el paciente quiere hacer movimientos voluntarios
19 may 2010 . Actualizado a las 02:00 h.Es una de las manifestaciones externas de los pacientes afectados por enfermedades neurodegenerativas como el párkinson o el alzhéimer. Son los conocidos temblores, movimientos involuntarios que no pueden reprimir y que minan su calidad de vida. Su tratamiento pasa por una medicación adecuada o por la estimulación cerebral profunda, pero estas alternativas no siempre resultan. Ahora, un grupo de investigadores del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han abierto una nueva vía mediante el desarrollo de un sistema que potencialmente es capaz de eliminar los temblores.
El dispositivo, desarrollado con cargo a un proyecto europeo liderado por el CSIC, consiste en una neuroprótesis que identifica tanto los movimientos voluntarios como los involuntarios del paciente y que permite conocer cuándo realmente quiere ejecutar una acción, como agarrar un objeto o desplazar el brazo. Esta diferencia es fundamental, porque el sistema solo elimina los temblores si van a interferir con el movimiento al objeto de no cansar el músculo.
«Hemos desarrollado una neuroprótesis que es capaz de identificar si la persona está temblando o no y si quiere ejecutar movimientos voluntarios, en cuyo caso, a través de estimulación eléctrica funcional, se estabiliza el temblor», explica el investigador José Luis Pons, del Instituto de Automática Industrial. El sistema, que de momento es aún un prototipo, consiste en un conjunto de sensores capaces de medir toda la cadena de generación de movimiento, desde el origen de la orden hasta su ejecución.
«Usamos un casco de encefalografía que detecta la intención del movimiento del usuario, es decir, cuándo quiere empezar a moverse. Además, tenemos electrodos que miden la actividad muscular, de modo que también podemos saber cuándo se está moviendo y cómo es ese movimiento, mediante otro tipo de sensores llamados inerciales», detalla Eduardo Roncón, investigador del CSIC también asociado al proyecto.
Aún habrá que esperar
Existen, según José Luis Pons, dos maneras de eliminar el temblor: «Una -señala- es estabilizando el brazo; en este caso lo que hacemos es forzar la rigidez del músculo para que sea el propio brazo el que filtre los movimientos temblorosos. La otra forma consiste en actuar en contrafase: si detectamos que el brazo está temblando en una dirección, aplicamos una acción que lo mueve en dirección opuesta, de forma que la suma de ambos produzca estabilidad».
La investigación, en la que también participan científicos de Italia, Bélgica y Dinamarca, así como varias empresas, aún está en marcha y podrían pasar de cinco a diez años antes de que el ahora prototipo llegue al mercado. Las pruebas con pacientes terminarán a final de año.
Javier Cudeiro, director del grupo de Neurociencia y Control Motor (Neurocon) en la Universidade da Coruña, cree que la iniciativa es prometedora, pero que aún es «preliminar». «En este proyecto -dice- han dado un paso más allá, comparando la actividad muscular anormal [temblor] con la actividad nerviosa cerebral cuando el sujeto quiere realizar un movimiento voluntario y la actividad muscular correcta».