Mato admite que no se asistirá al mismo ritmo que ahora a los 20.000 pacientes que entrarán en el sistema
04 nov 2010 . Actualizado a las 04:08 h.Hace meses que el Gobierno gallego trabajaba con la perspectiva de que la aplicación de la ley de dependencia pueda acabar colapsando el sistema de servicios sociales, debido a la imposibilidad de atender debidamente a las personas con necesidades especiales en un contexto de desplome presupuestario. Pero lo que no se sabía es que el colapso ya se estaba produciendo, dado que la Xunta solo dispondrá el próximo año de dinero para pagarles las ayudas a 1.600 de los 20.000 nuevos dependientes ya reconocidos y que aguardan para entrar en el sistema.
La conselleira de Traballo e Benestar, Beatriz Mato, compareció ayer en el Parlamento para explicar el trazo grueso del gasto de su departamento para el 2011, que ascenderá a 940 millones de euros, un 4,8% menos que este año, y también para trasladar a los diputados un mensaje lacónico: «Temos que priorizar e ese traballo é moi doloroso».
La dependencia absorberá el 38% del gasto de la consellería, llevándose 360 millones de euros más (un 3% más), y en gran medida se hará a costa de la promoción del empleo, que perderá 32 millones. Mato aseguró en su comparecencia que con este presupuesto se hará «unha blindaxe» de las políticas sociales, asegurando las prestaciones de las personas «que están a día de hoxe introducidas» en el sistema de la dependencia, que suman 37.000, de las que 5.000 ya fallecieron desde el 2008.
Esos 32.000 beneficiarios a los que la Xunta abona la llamada libranza del coidador «non terán ningún problema no 2011», dijo la conselleira, dejando entrever que las dificultades están en los casi 20.000 nuevos dependientes en cola, diagnosticados ya, y con derecho a recibir las prestaciones entre este año y el próximo.
Solo 1.600 más
La responsable de Benestar arguyó que el incremento del 3% de los fondos de dependencia (unos ocho millones más) permitirá «incluir» a más beneficiarios en el sistema público, si bien «non ao mesmo ritmo» que se ha hecho hasta el momento. Si en el 2009 y el 2010 se incrementaron en 23.000 las prestaciones a dependientes, en el 2011 solo hay margen para asistir a 1.600 personas más con necesidades especiales de máxima prioridad, es decir, el 8% de los 20.000 que esperan a entrar.
La Xunta podrá mejorar ligeramente este umbral a medida que los beneficiarios vayan saliendo del sistema por fallecimiento y con la puesta en servicio de cinco nuevas residencias para dependientes, que ofertarán en conjunto 750 plazas. Con estas previsiones en la mano, Mato no dudó en arremeter contra el Gobierno central, al que acusó de «non cumprir o acordado» con la ley de dependencia, pues indicó que «ven de recortar as súas achegas nun 17%».
El reproche de la conselleira no se quedó ahí, pues valoró que si Madrid hiciera el mismo desembolso para los dependientes que la Xunta, financiando el 50% de las prestaciones, ahora mismo «non habería ningún dependente sen atender», dijo, antes de insistir en que la Administración autonómica está costeando actualmente el 70% de las prestaciones.