Crea programas que optimizan la producción de quesos o helados
25 oct 2011 . Actualizado a las 09:28 h.La idea es sencilla: crear una serie de programas informáticos que controlen procesos de producción de la industria alimentaria, como la bioconversión, que se emplea para elaborar el vino, la liofilización (queso), la separación (cerveza) o la estructuración (helados). Si se optimizan esos procesos, se reducen los gastos de las empresas, generalmente por una disminución del tiempo necesario para la elaboración. Y se consigue además una mejora de la calidad.
Pero ponerlo en marcha ya no es tan fácil. En ello llevan trabajando desde el 2008 dieciséis socios europeos coordinados por la Universidad Católica de Lovaina y con financiación de la UE. El proyecto se denomina Ayuda Automatizada de Procesos para Ingeniería de Control (CAFE por sus siglas en inglés), y el equipo de científicos del CSIC que participa por Galicia pertenece al Grupo de Ingeniería de Procesos (Vigo).
En esta comunidad se trabaja en colaboración con firmas especializadas en suministrar a las empresas lácteas las bacterias que se necesitan para la liofilización, proceso mediante el que aquellas elaboran quesos. El CSIC desarrolla en Vigo para el CAFE programas que posibilitan la preservación óptima de esas bacterias lácticas mediante secado al vacío.
«Llevamos meses trabajando con modelos matemáticos para buscar la mejor combinación de temperatura y presión, y hemos conseguido un secado que, garantizando la máxima calidad del producto, permite reducir los costes del proceso», explica Antonio Álvarez, responsable científico del proyecto.
En concreto, su equipo ha logrado reducir de 36 a 29 las horas de procesado para el secado al vacío de las bacterias para producir quesos. Esto implica además un ahorro notable en los costes. La liofilización tiene otras muchas aplicaciones. Por ejemplo, en farmacia.
En Vigo trabajan asimismo en el sistema de fabricación de helados industriales. Los programas calibrados por el CSIC permitirán a las empresas controlar el tamaño del cristal de hielo o la temperatura del producto con un fin último: conseguir la textura adecuada al menor coste posible.
Las empresas, principales beneficiarias
Cuando se complete el proyecto CAFE en el 2013, las empresas alimentarias tendrán a su disposición modelos matemáticos que les indicarán cuál es la mejor forma de elaborar sus productos. Eso sustituirá o completará el modelo de funcionamiento actual: la experiencia de los operarios.