Un estudio intenta confirmar científicamente el efecto placentero de ciertos alimentos en el aparato digestivo
29 nov 2011 . Actualizado a las 06:00 h.La investigación, como muchas, parte de una hipótesis: el aparato digestivo puede ser origen de sensaciones placenteras ante determinados alimentos. Y se apoya en la evidencia que proporciona la experiencia: el consejo de la abuela para tomar un caldito antes de las comidas o la rutina diaria en los hospitales en que se ofrece un plato a los pacientes. Ahora, por primera vez, un estudio liderado por el doctor Fernando Azpiroz, del Instituto de Investigación Vall d?Hebron, intentará comprobar de forma científica lo que la práctica parece demostrar, la relación entre la ingesta, en este caso de caldo, y las sensaciones placenteras del aparato digestivo.
«Aunque se sospecha, este concepto no está demostrado científicamente, y es lo que queremos hacer», explica Azpiroz, quien está convencido de que finalmente el estudio clínico que pondrá en marcha también lo acabará demostrando.
En un primer momento se ha elegido al caldo para el experimento porque «es un alimento ideal y con múltiples ventajas», como el hecho de que se trata de un líquido poco calórico que, en unos casos, tiene la capacidad de abrir el apetito cuando se está desganado y, en otros, proporciona un efecto saciante que evita comidas más copiosas y difíciles de digerir para el estómago.
«Prefiero el gallego»
¿El caldo gallego presentará los mismos beneficios? A Fernando Azpiroz no le queda ninguna duda. «Yo apostaría a que sí -señala-, y yo, particularmente, prefiero el caldo gallego». La investigación, en colaboración con Gallina Blanca Star, comprende dos fases que se llevan a cabo con modelos experimentales in vivo para estudiar, por un lado, la capacidad saciante de alimentos con bajo contenido calórico como es el caso del caldo y, por otro, la generación de sensaciones placenteras. Y muy probablemente la ciencia acabe dando la razón a las abuelas.