Un 81,7 % de los oncólogos asegura haber sufrido «dificultades» para tratar a los enfermos con terapias innovadoras.
19 dic 2011 . Actualizado a las 23:32 h.El tijeretazo tendrá también su efecto en el tratamiento de los pacientes con cáncer. Los recortes se traducirán en una rebaja de la eficiencia en la asistencia sanitaria. Pero también la austeridad presupuetaria se reflejará en la calidad de vida de los enfermos y en un deterioro de la formación de los oncólogos. Tarde o temprano la tasa de supervivencia de los pacientes con cáncer menguará.
Esta es una de las principales conclusiones que se desprende de la encuesta Impacto de la crisis económica en la aplicación de terapias oncológicas innovadoras, realizada por el Instituto de Estudios Médico Científicos (INESME) con la participación de 60 oncólogos seleccionados de forma aleatoria. En el estudio, cuyos resultados se presentaron hoy, se subraya que el 81,7 % de los oncólogos españoles asegura haber padecido en el último año «dificultades» a la hora de tratar a sus pacientes. Una veces se ha reducido la oferta y otras se ha limitado la disponibilidad de terapias innovadoras.
De acuerdo con el presidente del INESME, Jesús Honorato, están aflorando trabas para la puesta en marcha de ensayos clínicos y limitaciones en el uso compasivo de los medicamentos, así como una mayor presión a los oncólogos por parte de las administraciones. En suma, los enfermos se están beneficiando menos de tratamientos innovadores.
Así, las restricciones están asociadas a aquellos tratamientos de coste elevado, con la eterna justificación de la necesidad de reducir el gasto. A este respecto, el informe sostiene que ahora se están aplicando de manera rigurosa criterios de eficiencia. Por esta razón se están modifiando protocolos y guías hospitalarias.
El estudio revela que un 67 % de los interrogados están persuadidos de que existen disparidades entre distintos hospitales de una misma comunidad en cuanto a la disposición de tratamientos. Alrededor de un 80 % de los encuestados opina que el cáncer de pulmón es el más afectado a causa de la escasez de tratamientos innovadores, seguido por el de mama y riñón. Se trata tumores que tienen gran incidencia en la población. «Su impacto socio-sanitario es muy importante», dijo Honorato, quien destacó que un recorte puede tener consecuencias inmediatas en la supervivencia.
Las terapias innovadoras son las únicas afectadas por la crisis.
No en balde, uno de cada tres encuestados admite que la detección precoz del cáncer mediante el uso de marcadores biológicos (36 %) o la quimiopreveción (38 %) también están sufriendo las dentelladas del ajuste presupuestaro. Cuatro de cada diez oncólogos piensan que a las restricciones sobre los medicamentos más novedosos hay que sumar la degradación de la formación de los médicos especialistas en este campo, con la consecuente inexperiencia que ello conlleva.
El futuro no es muy halagüeño. Nueve de cada diez oncólogos piensan que las dificultades van a continuar en los próximos dos años, y más de la mitad opina que los agobios económicos continuarán otros cuatro años.