El nuevo Plan General deberá sentar las bases para lograr un ayuntamiento más accesible para todos los vecinos de la zona con minusvalías. Y el gobierno ya tiene las claves para hacerlo gracias a un estudio financiado por el Imserso, la Fundación Once y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional que se presentó ayer.
Los regidores locales se han propuesto comenzar a ponerlo en marcha de manera paulatina a lo largo de los próximos años, cosa que agradecerán las cerca de 1.300 personas con alguna limitación física o sensorial que se calcula que residen en el municipio, de las cuales la mitad pertenecen a la tercera edad.
El plan de accesibilidad abarca todos los aspectos de la realidad municipal y concluye con una propuesta de ordenanza para que la supresión de barreras constituya toda una norma en el municipio.
En primer lugar, se determinan prioridades de actuación en los viales y las zonas públicas del Concello, donde son incontables los obstáculos que tienen que afrontar los vecinos con problemas de movilidad.
El estudio propone soluciones en las principales vías estructurales del casco, como la calle Manuel Lemos, el centro de A Ramallosa, Bernardo Vázquez o la Plaza de la Constitución.