Los catorce concejales que suman socialistas (nueve) y nacionalistas (cinco) superan por la mínima a los trece del Partido Popular. Es una situación cómoda para el equipo gobernante aunque le obliga a que ninguno de sus concejales falta a aquellos plenos donde se debaten asuntos que requieren mayoría absoluta. A modo de ejemplo, Chus Lago no pudo realizar un viaje de entrenamiento a Groenlandia para preparar una ascensión posterior en el Polo Sur. Obviamente, la aprobación del Plan Xeral era prioritaria.
En estas condiciones, el abandono de un sólo concejal dejaría al gobierno municipal a merced de la oposición siempre que dicho edil no renunciara al acta de concejal. Obviamente, de sumar su voto a los trece de la oposición en una moción de censura significaría la caída del actual alcalde.
Aunque se trata de una hipótesis poco probable no sería tan descartable que se produjera alguna renuncia al acta de concejal. En tal caso se incorporaría a la corporación David Regades, número diez de la lista y actual jefe de gabinete de Abel Caballero. Es, sin duda, una persona de confianza del alcalde quien sin duda desea tenerlo dentro del grupo municipal. Intento conseguirlo nombrándolo concejal no electo, como Carmela Silva, pero no logró un acuerdo con los nacionalistas.