Quique Domínguez, entrenador del Octavio Pilotes Posada, reconoció que tras la derrota sufrida en la última jornada ante el Granollers su equipo «no puede fallar» el próximo sábado ante el Teka Cantabria, si no quiere complicarse su futuro en la máxima categoría del balonmano español.
«El partido del sábado ante el Teka es muy importante para nosotros porque los últimos resultados nos obligan a no fallar, y más tratándose de un rival directo. Necesitamos volver a sentirnos fuertes en casa y el sábado es una buena oportunidad para lograrlo», señaló.
En este sentido, el entrenador no dudó en afirmar que, en caso de lograr la victoria, su equipo daría un «paso de gigante» para alejarse de los puestos de descenso, por lo que apeló al juego que el Octavio mostró en As Travesas ante los grandes de la categoría para derrotar al equipo que dirige su hermano Juan.
«Aunque tras este partido aún no habrá nada definitivo, la realidad es que ganado el sábado daríamos un paso de gigante para alejarnos de la zona de peligro, porque nos serviría para recuperar confianza y, de paso, distanciar a un rival directo», recalcó.
«Necesitamos volver a ser el equipo de la primera parte del campeonato, fuertes en defensa y resolutivos en el ataque posicional. Para lograrlo, además de recuperar nuestra identidad, necesitamos que los jugadores tocados lleguen al encuentro sin molestias», añadió Domínguez.
Infestas y Corbin
Unas bajas que el Octavio, según explicó su entrenador, acusó en Granollers porque «nos quedamos sin profundidad de banquillo», por lo que Quique Domínguez espera poder recuperar a los laterales Iván Infestas y Florent Corbin para el trascendental duelo ante el Teka, que en la primera vuelta derrotó a los vigueses (30-25).
Finalmente, aunque Domínguez solo quiso hablar del Teka, ya que como insistió «es lo más inmediato», el técnico gallego también tiene claro que su equipo se jugará la permanencia en su pista, ya que como explicó «nuestros rivales tienen que venir a Vigo y ahí en casa hay que ganar como sea».