El sobrepeso puede matar. No solo el corporal sino el de las estanterías. Dieciocho mil historias clínicas de vigueses atendidos en el Complejo Hospitalario Universitario de Vigo se derrumbaron ayer. Afortunadamente no hubo daños personales. Las tres filas de estanterías de seis plantas cada una se vinieron abajo con gran estrépito sobre las ocho de la mañana en el archivo situado en el Hospital del Rebullón.
Las historias clínicas se amontonan en baldas que están combadas por el peso de miles de papeles con datos clínicos de pacientes del Complejo Hospitalario Universitario de Vigo cuyo mal estado había sido criticado por el sindicato CSI-CSIF. Una de ellas «que estaba a punto de ser renovada -según el Sergas- cedió y cayó sobre otras dos provocando un efecto dominó que no causó daños personales ni materiales». Para mantener en orden semejante acopio de información trabajan en el lugar veinte personas. «Unos minutos antes había estado en el lugar un trabajador. Por suerte los expedientes no cayeron sobre ninguna persona», relata Xosé Lois Martínez, miembro del Sindicato Profesional de la Fundación Administrativa del Sergas y delegado del CSI-CSIF.
Sin pérdida
La Administración subrayó que «no se ha perdido ningún papel ni se ha confundido una sola radiografía de una persona con la de otra. Es como si se viene abajo una biblioteca. Las historias clínicas no están desperdigadas sino que el contenido de la mayoría de los sobres no ha salido de ellos».