La unión hace la fuerza. Donde hay más manos para recuperar el medioambiente se recogerán mejores frutos en el futuro, además de aprender a convivir y hacer nuevas amistades.
Así lo han pensado los colegios Refoxos Loureza de Oia y Ría de Vigo de Canido, adscritos al programa Voz Natura. Ambos protagonizaron esta semana un ejemplo de colaboración conjunta inédito en el proyecto de la Fundación Santiago Rey Fernández Latorre.
Alumnos de ambos centros participaron en una jornada de repoblación forestal con especies autóctonas en las parroquias de Burgueira y de Loureza, de Oia, en zonas que fueron asoladas por los incendios.
Los alumnos de Vigo, 17 de cuarto curso de ESO y 25 de cuatro años de edad, llegaron en autobús hasta el colegio de educación infantil y primaria de Refoxos Loureza para participar en esta jornada de convivencia y trabajo.
Tras la tragedia que supuso en Oia los incendios del verano del 2006, la comunidad escolar del colegio Ría de Vigo acordó acondicionar en su centro un vivero de árboles para que, cuando tuvieran altura suficiente, ponerlos a disposición del colegio de Refoxos y de las comunidades de montes para repoblar las zonas más dañadas.
Trajeron una treintena de pequeños árboles que han crecido durante los últimos meses en el vivero que mantienen en el centro, que se sumaron al centenar de castiñeiros que aportó el colegio de Refoxos.
Árboles
Plantaron un centenar en la zona de Bonaval, en un terreno preparado por la comunidad de montes de Burgueira, junto a otro espacio que ya fue reforestado hace unos años. Y los alumnos de Oia terminaron ayer de plantar dentro del propio recinto escolar los que no les dio tiempo el pasado martes.
Los coordinadores de ambas iniciativas, Alba Cantero, de Oia, y Juan Carlos Vázquez, de Vigo, resaltaron que fue una experiencia muy positiva para los estudiantes y coincidieron en la necesidad de continuar colaborando en el futuro.
El principal objetivo de su iniciativa, además de lograr esa colaboración entre alumnos de dos colegios diferentes, fue intentar que no se olvide el peligro de los incendios y la necesidad de recuperar las zonas que resultaron devastadas hace dos años.