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«La Iglesia es el impedimento para que mucha gente se acerque a Dios»

VIGO

El teólogo ex jesuita José María Castillo abrió ayer el congreso del colectivo Verapaz en el que reconocidas personalidades religiosas abordan el futuro del Cristianismo

29 mar 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

La parroquia del Cristo de la Victoria acoge estos días un congreso del colectivo Verapaz, formado por personas vinculadas a los dominicos y organizados desde la base, en el que reconocidos teólogos españoles y latinoamericanos debaten en torno al futuro del Cristianismo. Entre estos, José María Castillo, teólogo español de la Universidad Centroamericana de El Salvador, se encargó ayer de medir el calado de la crisis institucional que vive la Iglesia en la actualidad.

«Creo que la Iglesia está sometida a un proceso de crisis muy profunda, mucho mayor de lo que pueda parecer al ver las manifestaciones multitudinarias que se producen cuando el Papa visita un país, o como la que ocurrió en Madrid el 30 de diciembre pasado», afirma el teólogo granadino. «Así como el tema de Dios y de Jesús interesa más que hace algunos años, la Iglesia produce cada vez más rechazo, hasta el punto de que pienso que la Iglesia es el gran impedimento que mucha gente tiene para acercarse a Dios y a la experiencia religiosa».

El teólogo ex jesuita culpa a la jerarquía eclesiástica y, especialmente, a la estructura que mantiene de que exista un desinterés cada vez mayor por las prácticas religiosas o de que hayan caído las vocaciones. «La Iglesia, ni como Estado, ni como organización religiosa, ha reconocido ni pone en práctica los derechos humanos. Este dato quiere decir que esta institución sigue anclada en el Antiguo Régimen, o sea, tiene una organización como una monarquía absoluta con el poder concentrado en el Papa, y aunque habla elogiosamente de los derechos humanos desde Juan XXIII, ni ha firmado los tratados internacionales de derechos humanos, ni dentro de la Iglesia se ponen en marcha los derechos humanos, ni ningún derecho. Eso es lo que no puede seguir ocurriendo a estas alturas, sobre todo, si tenemos en cuenta que la Iglesia durante su primer milenio fue una institución democrática», afirma.

Benedicto XVI

José María Castillo cree que la elección de Joseph Ratzinger como Papa no ayudará a la Iglesia a salir de esta crisis. «Una institución que está en una situación tan crítica, que no consigue comunicar su mensaje, no se le ocurre otra cosa que nombrar como dirigente supremo, quien concentra todo el poder, a una persona de 80 años, que además ha tenido problemas serios de salud. No se le ocurre a nadie. Y no se puede invocar que el Espíritu Santo lo guía, no metamos al Espíritu Santo donde no hay que meterlo», manifiesta este teólogo de la liberación.

Vuelta al pasado

Pero más allá de la avanzada edad o de la situación física del Papa, José María Castillo crítica la actitud de Benedicto XVI ante la sociedad actual. «Este Papa tiene un proyecto muy claro de restauración de la Iglesia anterior al Concilio Vaticano II, y por lo tanto, es un Papa que en la teología y en la enseñanza moral y en la organización de la liturgia, en todo, parece que añora y desea recuperar lo anterior a la Guerra Mundial, prueba de ello es la misa en latín que está retomando, de espaldas al pueblo como se está practicando en Roma en muchas iglesias, y no digamos a las enseñanzas morales que no tienen en cuenta los progresos de las ciencias humanas y los cambios que se están produciendo en la sociedad; y no se trata de tener una moral de manga ancha sino de situar las exigencias cristianas donde hay que situarlas», explica José María Castillo