La «kale borroka» viaja en noitebús

VIGO

Baiona sufrió el pasado fin de semana una nueva oleada de vandalismo que el Concello atribuye a la llegada de jóvenes de Vigo en autobuses subvencionados

29 jul 2008 . Actualizado a las 10:27 h.

La ley del más gamberro impera en Baiona durante las noches de los fines de semana. Desde que comenzó la temporada estival, cada madrugada del domingo ha sido peor que la anterior y durante la última se registró el mayor número de incidentes en toda la historia de la movida nocturna en la villa turística.

Decenas de jóvenes en estado de ebriedad se dedicaron a romper todo lo que encontraron a su paso de camino de la parada del autobús para regresar a Vigo.

El tiempo que pasan desde que salen de los locales de copas hasta se marchan de Baiona se convierte en un auténtico calvario para los vecinos y comerciantes, que se encuentran en una situación de total inseguridad por la falta de vigilancia policial. Desgraciadamente, ese tiempo puede durar varias horas porque son demasiados jóvenes para pocos autobuses durante las horas punta entre las cinco y las seis de la mañana. Es la «Kale Borroka» que se repite cada semana en este municipio de excelencia turística.

Destrozos

Los vándalos rompieron el domingo pasado las lunas de dos escaparates de una tienda de ropa de la Avenida Elduayen, arrojaron un ladrillo contra la ventana de un conocido restaurante cercano y rayaron los cristales de una inmobiliaria en la Avenida de Monterreal.

Además causaron numerosos destrozos en el mobiliario urbano. Arrasaron farolas, papeleras, mesas y bancos de hierro forjado en el parque de A Palma, derribaron numerosas señales de tráfico y también atacaron el monumento del delfín ubicado en la playa de Santa Marta, así como el sistema del control de tráfico del casco viejo.

El botellón fue un peligro para los propios jóvenes porque, pasadas las cuatro y media de la mañana, varias personas se dedicaron a tirar botellas desde la fortaleza de Monterreal.

Las peleas fueron constantes durante toda la madrugada. Los vecinos del barrio Porta da Vila tuvieron que llamar a la policía porque varios jóvenes borrachos se estaban pegando a la salida de una discoteca y porque otros arrojaban vasos a las viviendas. También en el bar Cais son frecuentes las peleas porque el local abre las 24 horas del día y allí acaban tomándose la última copa muchos usuarios de la movida nocturna. Los vecinos señalan que nunca se había vivido tanta violencia.