No solo puede presumir de un cuerpo que la convierte en una de las modelos más cotizadas de este país, sino que además de piernas de vértigo Laura Sánchez se atrevió con el mundo de la interpretación para añadir un personaje televisivo a su lista de desfiles por el mundo. El motivo de la presencia en Vigo de esta onubense nacida en Alemania fue hacer de Mamá Nanos. La firma gallega acaba de abrir nueva tienda en Príncipe. Laura, que tiene experiencia en la moda diminuta por su hija de dos años, Naia, presentó la colección otoño/invierno inspirada en la pintura flamenca de los siglos XVI y XVII.
Laura lleva dando golpes de cadera por las pasarelas desde los 16 años, cuando «de casualidad» entró en el mundo de los desfiles. Recuerda «con cariño» sus inicios, aunque no tanto por la moda como por sus «ganas de conocer mundo». Sus comienzos fueron en Sevilla pero un año después ya estaba viviendo en París. «No volvería a esa época, ¡viva la paz y tranquilidad de mi vida de ahora!», declaró. Pasar a vivir en la capital de la moda y ser solicitada por firmas que paseaban por sus sueños hace que los flashes de la nueva vida que se riega con glamur y fiestas de oro dejen ciego a cualquiera. «Deslumbra mucho al principio, pero después de trabajar tres años caes en un barranco y te das cuenta de que no manejas tu vida», afirma. Y es que toda subida implica bajada, así que Laura Sánchez pensó en plantar. «Lo que peor llevé fue mi falta de independencia, me manejaban las agencias de un lado a otro y no tenía tiempo de estar en casa. Me agobié y quise dejarlo, pero me convencieron», comentó. Hicieron bien.
La modelo decidió probar el mundo interpretativo, así que se incorporó en la serie Los hombres de Paco con el personaje de Pepa, una policía a quien dice parecerse en «el cruce de cables que tiene cuando se cabrea», una similitud que no aprecia ella, pero sí los que la conocen. «En una escena me llegaron mensajes de mis amigos diciendo que esa es la cara que se me pone cuando me enfado». Su entrada en la serie asegura que fue también una «casualidad» de la que puede sentirse agradecida. «Soy como una esponja, me gusta aprender mucho de todo porque soy muy curiosa. Estoy muy contenta con mis compañeros de trabajo y agradezco mucho la oportunidad que me dan», declaró. Tras esta experiencia, a la modelo le «encantaría» seguir por el camino de la actuación, aunque sin tener que elegir entre sus dos profesiones actuales, modelo o actriz. A pesar de no querer definirse, Laura asegura que «la etapa de modelo se va cerrando poco a poco para poder abrir otra», declaró. Un arma de doble filo. Pocos podrán admitir que pasar al lado de Laura Sánchez les deja indiferentes. Y no solo porque su metro ochenta y sus medidas de escándalo la delaten, sino porque ser una imagen habitual de televisiones, revistas o calendarios la convierten en una cara conocida para la mayoría. Este es el doble filo del mundo de la fama. Por una parte, la profesión ofrece a la modelo una vida impensable en muchos trabajos, y esta es la cara que más le gusta a Laura. «Cada día es distinto y nunca hay rutina, así que cuando tengo tres días de descanso me subo por las paredes», reconoce. Pero por otro lado, la fama y el mundo de las cámaras tiene un precio. «Por mi vida personal vivo en Bilbao, pero trabajo en Madrid, así que siempre tengo que coger aviones», declaró. El plano profesional constantemente se mezcla con el personal, a lo que se suma el estar casada con un blanco muy buscado por los «paparazis», un futbolista. Y no solo eso, sino que para más inri, como la propia modelo afirma, Aitor Ocio, jugador del Athletic de Bilbao, es «un futbolista de los guapos» y esto implica muchos flashes y pocos domingos. «Llevo mal no tener un fin de semana para nosotros», arguye. «No ser nada celosa» es una ventaja añadida. Con planes de futuro . Lleva diez años en el mundo de la moda y ha desfilado para innumerables reyes del diseño, pero todavía le quedan cosas pendientes. «Hay muchos lugares en los que me gustaría hacerme fotos. Donde más me apetece es en Buenos Aires». Los años vuelan y seguirán haciéndolo, así que Laura solo se arrepiente de «cosas que no hice», como declaró. La trayectoria profesional de Nati Abascal es algo que la modelo admira. «La descubrí hace poco y me impresionó, por ejemplo, que en su época posase desnuda». A ella, con 27 años, todavía le queda mucho por recorrer. Si se le pregunta por su mejor momento profesional, Laura Sánchez lo tiene muy claro: «Está por llegar».