En España se crían cada año alrededor de cinco millones. Las provincias de Madrid, Toledo, Ciudad Real y Guadalajara, que es donde se encuentran algunos de los cotos más conocidos, se han convertido en destinos turísticos de caza para franceses, italianos y alemanes. Las piezas pueden adquirirse en el mismo coto por unos 6 euros. El coste para el cazador que participa en el ojeo es de unos 30 euros por pieza abatida.
Apenas existe mercado para la codorniz salvaje. Cada cazador puede capturar un máximo de diez por jornada, lo que se traduce en un coste de unos 100 euros.
Junto con el corzo, son las dos especies más abundantes en los montes gallegos. La falta de mataderos autorizados en la Comunidad impide comercializarlos.
Considerada por muchos la reina de la caza, su comercialización está prohibida en España. Procedente de Rusia llega cada invierno a Galicia, donde busca su hábitat en zonas de frondosa arboleda.