«¡Cómo! ¿Pero la regata sale de Vigo?»

VIGO CIUDAD

Miles de ciudadanos abarrotaron ayer el muelle de A Laxe para ver los barcos del Desafío Atlántico, que parte hoy

02 may 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Al más puro estilo hawaiano. El Desafío Atlántico es un escaparate para Vigo. Algunos aprovechan sus últimas horas en la ciudad para celebrar por todo lo alto su estancia, antes de partir para su travesía.

El ruso «Kruzenshtern». El buque escuela de la Armada rusa fue el que más expectación atrajo. Sus 114 metros de eslora lo convierten en el más llamativo, aunque no es el único.

En medio de la marea humana que inundó ayer el muelle de A Laxe, una sombra de duda asaltó a un hombre.

-¡Cómo! ¿Pero sale de aquí?

Se refería al Desafío Atlántico de Grandes Veleros 2009. El hombre se hallaba en medio del muelle, rodeado de barcos y de carteles que anunciaban que en esta ocasión, la regata antiguamente conocida como Cutty Sark parte de Vigo. La publicidad ha sido agresiva en los últimos meses. Pero él, allí en medio, rodeado por miles de personas, no se había dado cuenta y tuvo que comprobarlo con asombro en un mapa. ¿Qué hacía allí, entonces, junto a algunas de las joyas de velas más importantes que surcarán medio mundo a largo de los próximos dos meses y medio? Pues curiosear. Y con él, toda la ciudad.

La bronca de su mujer no se hizo esperar.

-¡Pues claro! Pero tú...

Pero el rapapolvo pasó prácticamente inadvertido. Porque A Laxe se convirtió en un lugar adonde acudieron miles de personas para comprimirse y demostrar que, al menos por unos días, Vigo sigue siendo una ciudad que mira al mar. Incluso aunque haya un enorme mamotreto de color negro que tape las Cíes. Así que mientras la pareja discutía sobre la salida de la regata -convocada para maña a las 11.30 desde A Guía-, de fondo sonaba un clásico:

-¡¡Barquillos!! ¡¡Cuatro barquillos, un euro!! ¡¡Barquillos!!

Una señora se desgañitaba y parecía estar perpetrando un auténtico sacrilegio. Pronunciar tres veces esa palabra en ese sitio... Pero probablemente ningún tripulante de los 24 buques que mañana se hacen a la mar prestó atención a la mujer, que intentaba ganarse la vida apelando al estómago y a la memoria de las miles de personas que habían decidido acumularse en A Laxe.

Desde luego, donde no le hicieron ni caso fue en el velero inglés Rona II . Sobre las seis de la tarde estaba en auge una fiesta hawaiana abordo. Varias hombres se movían en cubierta con faldas de colores y bikinis formados por dos conchas de vieira para cada pecho. Sí, sí, hemos escrito que eran hombres.

El caso es que ayer a los vigueses les picó la curiosidad. Oyeron la llamada del mar y decidieron apiñarse, todos, en la Estación Marítima. El ambiente es de escándalo y la ocasión bien lo merece.